Dentro de la guerra entre Rusia y Ucrania, que va camino a cumplir un año, hay un espacio de tensa calma en el Mar Negro: a mediados del año pasado, se estableció un “corredor seguro” para que el país invadido pueda sacar sus granos, en el marco de un acuerdo con la participación de Turquía y la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Fue una de las razones por las cuales los precios internacionales de las commodities se aquietaron luego de varios meses en alza, debido a que finalmente se pudo liberar el comercio exterior de Ucrania, un país clave por su rol de liderazgo en las exportaciones de maíz, trigo y girasol.
Y aunque hubo algunas disputas en medio, desde entonces ese “corredor seguro” ha seguido vigente y Ucrania pudo exportar prácticamente sin problemas.
Pero este miércoles volvieron los conflictos también en este ámbito: la agencia Reuters dio a conocer que el Gobierno de Volodímir Zelenski denunció ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que Rusia pone trabas en este “corredor seguro”.
En concreto, Ucrania acusó a la nación dirigida por Vladimir Putin de retrasar las inspecciones de los barcos con granos ucranianos, y que eso ha achicado el comercio exterior en 10 millones de toneladas.
PÉRDIDAS COMERCIALES
Según Ucrania, esta actitud de Rusia ha provocado una reducción de los envíos y pérdidas para productores y empresas que venden sus productos al exterior.
Sin embargo, desde Rusia negaron las acusaciones y aseguraron que están cumpliendo en tiempo y forma con las obligaciones que establece el acuerdo para la exportación de granos.
Reuters cita declaraciones de dos altos funcionarios ucranianos que afirmaron que “Ucrania está profundamente preocupada por las acciones destructivas de Rusia”, que obstruyen la iniciativa de granos del Mar Negro en general.
Puntualmente, el ministro de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, y el viceprimer ministro, Oleksandr Kubrakov, dijeron que Rusia ralentizó intencionalmente las inspecciones, exigió documentación no regulada y buscó razones infundadas para detener la inspección.
“Una política rusa tan destructiva ha resultado en una disminución sistemática del volumen de negocios de carga dentro de la Iniciativa de Granos”, subrayaron, y sostuvieron que se perdió la exportación de 10 millones de toneladas de alimentos en los últimos tres meses.
Un aspecto clave a tener en cuenta es que el acuerdo por este “corredor seguro” tiene que renovarse en breve y Rusia estaría utilizando estas actitudes para presionar por cambios: específicamente, que se levanten determinadas cláusulas que afectan a sus exportaciones agrícolas.
En concreto, el argumento ruso es que los bloqueos en sus industrias de pagos, logística y seguros son una barrera para que pueda exportar sus propios granos y fertilizantes.