Un informe de la consultora Rabobank International que centra su análisis en los cambios de los patrones de consumo y sus implicancias para la industria de bebidas, asegura que hay una búsqueda por parte de la industria del vino de poder ofrecer vino en formato de 187ml y de 375ml, lo que sería la búsqueda del “Santo Grial”.
Por un lado, Rabobank detalla que “en el mercado de Estados Unidos la dinámica cambiante de los consumidores está impulsando una demanda creciente de formatos de envases alternativos para el vino. La tradicional botella de 750 ml es el formato dominante, que representa el 50% de los vinos vendidos, mientras que un 30% de los vinos se venden en formatos de vidrio de más de 750 ml”.
Pero un detalle complica a la oferta. “La botella de vino tradicional es parte de la identidad y del status del vino, pero en el mercado actual también presenta varios inconvenientes. En primer lugar la misma contiene cinco porciones de un producto que comienza a deteriorarse una vez que se abre el envase. En un momento en que el tamaño del hogar estadounidense promedio se está reduciendo y los consumidores generalmente buscan beber ‘menos, pero mejor’, los consumidores a menudo tienen que pensar dos veces antes de abrir o no una botella, sabiendo que gran parte de ella irá a la basura”, sostiene el informe.
Entonces, “las tasas de crecimiento de formatos alternativos dejan en evidencia las deficiencias del formato de 750 ml. Datos de Nielsen muestran que en 2016, mientras que el valor de las ventas totales de vino en el canal Off-trade crecieron un 5,6%, el vino en Tetra Pack creció un 21%, el bag in box de 3 litros creció un 13% y el vino en lata creció un 100%”.
“Los formatos alternativos que resuelven el problema de los residuos (o preservan la calidad) están creciendo rápidamente, pero siguen siendo un porcentaje relativamente pequeño de las ventas totales de vino. Una limitación clave para estos formatos es que carecen de la imagen premium de la botella de vidrio tradicional. Muchos propietarios de marcas son reacios a poner vinos premium en un bag in box o en una lata por temor a degradar el valor de la marca a los ojos del consumidor”, indica Rabobank.
Ante la búsqueda de envases alternativos, “los fabricantes de vidrio también han proporcionado otras opciones como las botellas de 187ml y de 375ml. Si bien el formato 375ml representa una parte muy pequeña del mercado, los datos recientes de Nielsen sugieren que este formato también está creciendo a tasas de 2 dígitos (+ 22%)”, analiza la consultora.
En síntesis, “la búsqueda de alternativas a la botella tradicional de 750 ml puede crear nuevas oportunidades de crecimiento para la industria vitivinícola. Las bodegas deben continuar explorando formatos alternativos hasta que se encuentre el Santo Grial: un formato de empaque para una “porción” (o que preserve la vida útil una vez abierto), premium y con un costo razonable para cumplir con las cambiantes preferencias del consumidor. Si no se encuentran las alternativas correctas, en última instancia, se pueden crear limitaciones en la capacidad del vino para competir con las cervezas, bebidas espirituosas, y otras”, concluye el informe sobre el vino.
Cabe destacar que el informe completo está disponible en la página oficial del Observatorio Vitivinícola Argentino, donde se analiza también el consumo mundial de cerveza, y hasta el de marihuana.