A mediados del pasado mes de marzo se presentó la posibilidad de vender soja 2004/05 a un precio de 182 U$S/t. Fueron muy pocos los que aprovecharon esta oportunidad. La mayor parte de los productores no sólo la dejó pasar, sino que además es muy probable que ni siquiera la hayan advertido. Hoy la posición Soja Mayo 2005 en el Mercado a Término de Buenos Aires está en el orden de los 170 U$S/t (ver gráfico). Si las autoridades económicas tienen en sus planes mantener la actual presión impositiva sobre el sector agrícola, sería prudente -al menos en un país normal- preocuparse por mejorar la rentabilidad de dicho sector. El dato es que una alternativa viable para mejorar la previsibilidad del negocio granario es incentivar el adecuado uso de los mercados de futuros y opciones.
Pero los mercados de futuros necesitan liquidez para poder funcionar de una manera eficiente. Es decir: es imprescindible que haya mucho dinero comprando o vendiendo contratos. El volumen operado en el MAT de Buenos Aires entre julio de 2004 y marzo de 2005 fue de 7,44 M/t (contratos de soja, trigo, maíz y girasol). Esa cifra no alcanza a representar ni siquiera el 10% de la producción argentina 2004/05 de los cuatro cultivos mencionados.
Al 28 de febrero pasado, los fondos de pensión (AFJP) acumulaban un total de casi 57.000 millones de pesos. Bastaría con derivar sólo un 3% de dichos fondos al mercado de futuros de granos local (unos 580 M/U$S) para lograr que el mismo cuente con una liquidez razonable. Esto permitiría, además, diversificar la cartera de inversiones de las AFJP en un nuevo conjunto de herramientas que -bien entendidas- pueden resultar muy rentables.
La puerta de entrada más accesible al mercado de futuros son las opciones, por medio de las cuales, con el pago de una prima, se puede fijar un determinado precio de venta de la mercadería (opción de venta o Put). Los contratos de futuros son un tanto más complejos, ya que, por ejemplo, para vender soja en el término se requiere un depósito de 1.000 U$S por cada contrato de 100 toneladas (MAT Buenos Aires).
La otra alternativa para mejorar la rentabilidad empresaria es no hacer nada y dejar que los grandes operadores sigan ganando escala sobre los cadáveres de los pequeños y medianos productores expulsados del sector agrícola. Y en esto último la Argentina tiene mucha experiencia.
Ezequiel Tambornini