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“Vamos al peor de los mundos”: desde Córdoba critican con dureza las restricciones para la carne

La Sociedad Rural de Río Cuarto consideró que los anuncios formulados por el Gobierno “no trajeron buenas noticias”. "Habría asado para todos reduciendo los costosos gastos en funcionarios", añadió la Rural de Jesús María.

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Las Sociedades Rurales de Río Cuarto (SRRC) y de Jesús María (SRJM) expresaron su desencanto por las nuevas medidas que oficializó el Gobierno nacional para mantener intervenido el comercio exterior de carne vacuna.

Bajo el título “Postergar lo malo siempre es peor”, la entidad riocuartense afirmó que las resoluciones publicadas en el Boletín Oficial “no trajeron buenas noticias para los productores ganaderos”, sino que “más bien confirman los mismos padecimientos que se venían registrando desde mayo del año pasado, cuando comenzó nuevamente una férrea intervención del mercado de la carne, primero prohibiendo exportaciones y luego limitando, con algunos matices”.

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También recordó que el objetivo del cepo que se implementó a partir de mayo pasado, similar al adoptado en 2006 y que le hizo perder al stock bovino de Argentina más de 10 millones de cabezas, era “cuidar la mesa de los argentinos”.

“Pero hay una ventaja esta vez: se conoce cómo termina el final de la historia. Tal como ocurrió en aquella oportunidad, los cortes en las góndolas se estabilizaron un tiempo a costa de una menor inversión en la cadena cárnica y luego entonces vino la caída de la oferta que terminó subiendo otra vez los precios. Esta vez, con precios altos y muchas menos cabezas de ganado en el país”, indicó la SRRC.

Pesimismo

Por este motivo, la entidad que preside David Tonello, agregó: “El peor de los mundos. Hacia allí vamos ahora, nuevamente, con lo dispuesto por el Gobierno. Porque si bien es cierto que se liberó la vaca a China, más allá de que costó mucho hacerle  entender a los funcionarios que era una medida sin pies ni cabeza, y también de toros, las restricciones continúan y siempre que eso existe, el perjudicado es el productor”.

Desde el punto de vista de esta rural, mantener al margen de las exportaciones a los siete cortes que mayormente prefieren los argentinos “no es una solución al problema”.

“Lo hemos dicho muchas veces y lo seguiremos repitiendo: sólo con políticas que amplíen el stock ganadero, incentivando la inversión para aumentar la oferta, vamos a garantizar la mesa de los argentinos y un volumen importante de exportaciones que mejoren los ingresos de divisas por el comercio exterior. Pero el Gobierno sigue empecinado en las mismas recetas, aun cuando ya conoce qué dicen los últimos renglones de esta historia”, finalizó.

Jesús María

Desde Jesús María, en tanto, la SRJM tituló su editorial “Prohibir como estrategia destruye la producción” y remarcó que el decreto que se conoció este lunes “en lo único que atiende al reclamo de los productores es en la liberación de las vacas y toros de descarte”.

“En su lectura completa, vemos los mismos mecanismos repetidos en otras palabras y las intenciones de siempre que luego no se concretan. El cepo o la prohibición, aunque sea parcial, no es una medida de aliento. Todo lo contrario, pues agrega incertidumbre y desconfianza en quienes producen, lo que se traduce en disminución de la oferta de hacienda necesaria, que ayude a mitigar en parte los precios al mostrador para el consumo interno”, enfatizó la SRJM.

También coincidió con su par de Río Cuarto en que “nada cambiará para el bolsillo de los argentinos y menos aún para la proyección de los emprendimientos de los productores. “Infinidad de veces reclamamos fomentar la producción, bajar impuestos y acompañar al sector. Pero persisten en repetir esquemas y estrategias que ya han demostrado que no son eficaces”, añadió.

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“El decreto no garantiza en absoluto una baja o estabilidad de los precios, porque no atiende a la mejora y aumento de la producción de carne bovina de consumo de nuestro país, cuida las cuotas para unos pocos, crea “comisiones y un observatorio”, que conocemos en qué terminan o para qué los utilizan y, ligeramente, menciona la convocatoria del productor como si fuera una parte minúscula de la cadena”, continuó la entidad que encabeza Pablo Martínez.

También consideró que “los primeros sentados a la mesa deben ser, como lo debieron ser antes también, las entidades que agrupan a productores junto a la industria. De hecho, si las reuniones empezaran por quienes producen, además de generar la confianza necesaria, tendrían como aliados del proyecto a la mejor de todas las partes del negocio, que justamente es la materia prima”.

“Por el contrario, es siempre lo mismo y son siempre los mismos quienes deciden, excluyendo la producción primaria. En vista de lo oficializado, la medida se preocupa más por las industrias concentradoras que por toda la cadena”, disparó.

Y finalizó: “Producir carne requiere inversión, trabajo, mucho tiempo y riesgo. Un país que quiere sostener y proyectar sus modelos de economías debe involucrase con las bases de la sustentación del mismo. Habría asado para todos los argentinos, más ingresos de divisas por exportación, más trabajo para toda la cadena, tendrían reuniones más productivas sin eje en restricciones y hasta seríamos más sustentables reduciendo los costosísimos gastos en funcionarios dirigiendo onerosos organismos burocráticos, que retrasan años en un mundo del que podemos ser protagonistas.

Habló Pino

Por su parte, el titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, volvió a referirse sobre estas medidas del Gobierno y resaltó: “los problemas de la carne se solucionan con más carne”.

En declaraciones a FM Futurock, reiteró que “lo ideal para nosotros sería que la carne esté totalmente liberada para la exportación, máxime cuando está cubierto el consumo interno perfectamente con los volúmenes de carne que se producen; pero el Gobierno ha decidido ir por este lado que no es el ideal, pero es lo posible y lo que se pudo hacer hasta este momento”.

Por otra parte, Pino afirmó que el diálogo del sector con el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, es “bueno”.

“Entendemos que este es un Gobierno que, por su estilo, su ideología, le gusta estar presente interviniendo en ciertos mercados como los de trigo, el maíz y la carne. No compartimos esta postura pero es el Gobierno, y tenemos que convivir y seguir trabajando”, expresó el dirigente.

También coincidió en que el aumento de la carne tiene como base la inflación. “Me parece que le erramos en el diagnóstico sobre el precio de la carne; el punto de partida es la inflación que le pega a todos los argentinos en el bolsillo”, opinó.

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