En un muy bien explicado documento de trabajo, las 40 entidades que componen el foro propusieron una serie de modificaciones al actual esquema tributario, entre las que se destacan la tan mentada eliminación (aunque gradual) de las retenciones a las exportaciones y la erradicación de los impuestos al cheque, a los bienes personales y a la ganancia mínima presunta. Otro de los puntos está referido a la rebaja del IVA para toda la economía nacional y la necesidad de “simplificar su instrumentación y reducir al mínimo los sistemas de percepciones y pagos a cuenta”, además de eliminar la mayor cantidad posible de exenciones para disminuir las presiones sectoriales y las distorsiones interactividades. Por otra parte, la entidad recomendó al gobierno “lograr que los aranceles y restricciones a las importaciones no otorguen más que una limitada protección efectiva a los sectores de sustitución de importaciones”. La propuesta incluyó la sustitución del impuesto a los ingresos brutos “por otro instrumento más eficiente en la etapa final de las operaciones en el mercado interno”, aunque no aclaró cuál sería este nuevo gravamen. Sin olvidar la revisión de la Ley de Coparticipación Federal, la agroindustria también impulsó la creación de una “asociación de defensa de los contribuyentes, que formule y acuerde con el Gobierno Nacional sistemas de simplificación que permitan optimizar la administración de los tributos”. También que escuche objeciones y defienda reclamos. Después de aclarar que las 40 entidades son responsables del 36% de los empleos, del 45% del valor agregado por producción de bienes y del 56% de las exportaciones, el foro aclaró que estas medidas permitirían “terminar con la complejidad, inequidad e ineficiencia” del sistema impositivo argentino. Ahora, el gobierno -como siempre- tiene la última palabra. ¿Será diferente de la habitual?
Marianela Garbini
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