En el área de ordeño de los establecimientos lecheros, se generan -por vaca y por día-, aproximadamente 500 g de residuos constituidos por heces, restos de alimentos y barro.
Sobre esta base, los expertos del Inta Rafaela Verónica Charlo, Luis Romero y Miguel Taverna realizaron una serie de ensayos orientados a almacenar los residuos y utilizarlos como fertilizantes.
En el ensayo sobre maíz destinado a forraje, se comparó el efecto de 70 kg/ha de nitrógeno (N) aportado por los residuos âen tres momentos diferentes: 137, 98 y 60 días antes de la siembra- con igual dosis de N provisto en forma de urea.
La producción de materia seca se incrementó entre el 7,93% y el 11,44% por acción del abono orgánico y el 22% por efecto de la urea. Asimismo, la proteína bruta aumentó entre el 1 y 1,3% en el caso de los abomos orgánicos y un 1,8% debido a la urea.
âSi bien se requieren nuevos ensayos para mejorar la eficiencia, el empleo de estos residuos es una alternativa conveniente para el logro sostenible de altos rendimientos de maíz forrajeroâ, indicó el organismo tecnológico con base en la localidad santafesina.
Finalmente, los expertos reconocieron que mediante este sistema también se elimina una fuente de contaminación ambiental.