La industria lechera uruguaya desplazó a la Argentina como principal exportador al Brasil, en el marco de un retroceso de las ventas de nuestro país al principal socio del Mercosur.
“La pauta importadora brasileña de leche era 60 por ciento de origen argentino y 40 por ciento uruguaya, ahora más de la mitad es del Uruguay”, reconoció el gerente del Centro de la Industria lechera (CIL), Aníbal Schaller.
Según publicó La Nación, Schaller admitió que “sería mejor que Brasil comprase más leche de la Argentina, pero lo que observamos es que viene sustituyendo la leche argentina por la uruguaya”.
La caída de las exportaciones argentinas de leche al Brasil tiene lugar en medio de negociaciones de industriales de ambos países en torno de los cupos de exportación, que por el momento se mantienen en 3.600 toneladas mensuales, si bien los brasileños pujan por reducirlos y los argentinos por aumentarlos.
Si se hubieran cumplido con esas metas, en el primer trimestre la Argentina habría exportado 10.800 toneladas, pero en Brasil señalan que se recibieron 5.135 menos de la mitad a un promedio de 1.711 toneladas por mes.
El acuerdo para seguir con el cupo de 3.600 toneladas mensuales fue prorrogado el martes último en Brasilia, en coincidencia con las deliberaciones en las que el mercado automotor fue el centro de la atención.
“Los negociadores argentinos querían elevar la cuota a 4.500 toneladas, pero argumentamos que no tiene sentido aumentar una cuota si no pueden cumplir lo que ya está establecido”, explicó el representante de la Confederación de Agricultura y Ganadería del Brasil.
Como contrapartida, los brasileños propusieron bajar el cupo a 3.000 toneladas mensuales, pero finalmente se accedió a prorrogar las 3.600.
Para explicar la caída de las exportaciones al Brasil, la industria argentina señaló la persistencia de las trabas burocráticas en el comercio exterior y, además, los mejores precios de venta a otros países: mientras Brasil paga entre 4.300 y 4.800 dólares por tonelada, Venezuela, Argelia y China desembolsas de 5.000 a 5.200 dólares.
En Brasil adujeron tres razones para impulsar una reducción de la cuota: la Argentina no alcanzó a cumplir con la mitad de lo convenido en el primer trimestre, se prevé que la producción brasileña de leche crecerá un 10 por ciento y, por último, existen dudas sobre si ese crecimiento será acompañado por el consumo interno.