Con unas 20.000 transferencias embrionarias al año, la Argentina representa casi un 5% del mercado mundial, liderado por Estados Unidos, con una producción de embriones cercana a los 250.000 anuales, y Brasil, con 60.000.
En diálogo con Infocampo, Carlos Munar, gerente de Munar y Asociados, explicó que estos números pueden ser aún mayores, siempre y cuando exista una demanda activa de reproductores. Al destacar los beneficios de la transferencia embrionaria, Munar sostuvo que la principal ventaja es que mediante la inseminación artificial se difunde, en forma masiva, y con un costo muy bajo, la genética positiva de un macho en particular, mientras que “la transferencia embrionaria permite aumentar el potencial reproductivo de una hembra, y multiplicarlo por 15 o 20; un animal que normalmente produce un ternero por año puede, sin ninguna exageración, producir hasta 20”, dijo.
Una de las ventajas del sistema de la transferencia es que se pueden obtener embriones de una misma madre, pero de cinco o seis padres diferentes en un mismo año, utilizando distinto semen.
La empresa realiza, desde el año 1982, transferencias embrionarias, empleando un método no quirúrgico, mediante la utilización de laboratorios móviles en las instalaciones de los establecimientos ganaderos.
“Nosotros producimos 7.000 embriones por año, exportamos a mercados externos desde 1984, y por ternero nacido, el costo agregado de la operación es de $600-700”. Munar señaló que este procedimiento no es redituable para producir terneros de destete, o en rodeos lecheros, por el tiempo en que se tardaría en amortizar la inversión: “La transferencia embrionaria es aplicable en rodeos de pedigrí: para producir toros, futuros padres de rodeo o futuros padres de centrales de inseminación, madres superiores y futuras madres de toros”.
En la transferencia embrionaria se transfiere el embrión de una vaca particular y un toro al útero de otra vaca receptora, denominada también incubadora. En el momento del celo, la donante recibe servicio natural o inseminación artificial con un toro superior previamente elegido. Todas las operaciones realizadas en el aparato reproductor de donantes y receptoras son efectuadas por medios no quirúrgicos. Al realizarse de este modo se aseguran costos bajos, y no existen riesgos para el futuro reproductivo de los animales tratados.
Consultado por la actualidad de los servicios genéticos en el país, Munar señaló que el mercado de semen, de la mano de la inseminación artificial a tiempo fijo, se encuentra en expansión, al desarrollarse tecnologías que permiten sincronizar los celos: “Con los dispositivos intravaginales, progesterona y prostaglandina, se pueden sincronizar vacas paridas después de 40 o 50 días, siempre que estén ganando peso y se encuentren en una buena condición corporal”.