El kale, también conocido como col rizada o berza, es una verdura que es fácil de cultivar en pequeños espacios. Es considerado como un súper alimento, ya que contiene grandes cantidades de hierro, vitamina A y K, antioxidantes, entre otras cualidades.
Vale aclarar que este cultivo es muy posible de ser sembrado en la huerta familiar. El kale puede implantarse todo el año, aunque es un cultivo típico del otoño y el invierno, para climas templados y fríos, con una temperatura óptima de cultivo entre los 10 y los 20ºC, y pueden tolerar heladas suaves.
Esta verdura, es de la misma familia de la col, contiene una gran cantidad de nutrientes y está lleno de sabor para diversos platos. Además, se caracteriza por ser fácil de cultivar, resistente a temperaturas bajas y producir por un periodo largo de tiempo.
CÓMO SEMBRAR KALE
Se puede implantar en forma directa (40 centímetros entre plantas y 60 centímetros entre hileras) o en almácigo, germinando entre los 4 a 7 días. La siembra puede escalonarse entre dos a tres semanas. El trasplante se realiza cuando tiene 4 hojas verdaderas, aproximadamente de 20 cm de altura.
Como se anticipó, el cultivo puede implantarse durante todo el año en la Argentina, teniendo en cuenta los períodos de heladas extremas.
Se puede distinguir la semilla por ser una pequeña esfera color negra grisáceo de aproximadamente 1 mm de diámetro. El semillero debe tener una mezcla de tierra que contenga compost y un buen drenaje. La profundidad de siembra es 3 veces el tamaño de la semilla.
EL TRASPLANTE
Las plántulas emergerán de 4-7 días después de sembrarlas, es importante siempre mantener la humedad del almácigo para que el kale se desarrolle de manera óptima. Las plántulas estarán listas para el trasplante cuando comiencen a salir el segundo par de hojas verdaderas.
Antes del trasplante, hay que preparar el suelo y aplicar compost. La distancia entre plantas es de 20-25 cm dependiendo de la variedad y el espacio disponible. Pueden crecer muy bien en macetas o contenedores, por ejemplo colocando 5 plántulas en una maceta de 50 cm de diámetro.
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El kale, en tanto, presenta pocos inconvenientes en su cultivo. En ocasiones pueden aparecer pulgones y caracoles o babosas, para lo que se recomienda adoptar las estrategias de control ecológicas que promueve el ProHuerta de INTA.
Este cultivar, que se puede desarrollar de manera orgánica, logra asociarse en siembra con remolachas, apio, pepinos, cebollas, espinacas, acelgas y papas.
UNA COSECHA PROVECHOSA
Se puede comenzar a cosechar las hojas cuando desarrollan el quinto par de hojas verdes. El tamaño de la hoja es aproximadamente la medida de una mano.
Se recomienda únicamente cosechar las hojas externas de la planta, esto fomentará su crecimiento. Es importante dejar el punto de crecimiento, ya que de ahí se desarrollarán nuevas hojas.
Es fundamental no dejar la planta con pocas hojas, debido a que tardarán en recuperarse y crecer. Cuando las plantas llegan a su pico de producción, pueden producir unas 3 hojas por semana.
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