La diferencia que surge entre el IVA contenido en las compras y el IVA que se factura con la venta, genera saldos a favor de las empresas agropecuarias en contra del Estado. Esta situación no puede ser utilizada para compensar otras obligaciones impositivas (sólo podrá utilizarse en el futuro contra el propio IVA) y termina provocando inconvenientes financieros.
Pero existen algunas alternativas a través de actividades conexas a la principal agropecuaria para atenuar este saldo. Incluso en algunas ocasiones, el mismo puede llegar a quedar neutralizado.
Sin embargo, esto conlleva un doble esfuerzo al productor porque deberá pensar y actuar en otras actividades secundarias. Para ello deberá analizar cuánto le representa en dinero inmediato y compararlo con el esfuerzo del desarrollo de una tarea que no venía realizando y, en el caso de revestir la condición de liquidación mensual y pago anual de IVA, el costo financiero de perder la misma debido a que ya no tendrá actividad únicamente agropecuaria.
Un caso, dentro de las tantas existentes, es la de venta de cerdos. A su vez, desarrollando la misma, no perderá su condición de actividad netamente agropecuaria.
Conclusión
No existen recetas únicas. No todo productor está dispuesto a desarrollar una tarea complementaria. Cada empresa deberá evaluar ventajas y desventajas con cada opción, al efecto de optar por la decisión más conveniente. Obviamente, que el esfuerzo por el desarrollo de un nuevo emprendimiento, deberá compensar con creces la pérdida que se le ocasiona día a día al empresario agropecuario, por el hecho de mantener inmovilizados los saldos a favor de IVA.
Por Alejandro Larroudé
Socio
Barrero Larroudé