Uno de los discursos más seguidos por los presentes en el “Primer Congreso de Políticas Públicas para la Agroindustria” fue el de la exsecretaria de Agricultura, Pesca y Silvicultura de Australia, Johanna Hewitt. Su mensaje, grabado, apareció en las pantallas del inmenso salón de la Bolsa de Cereales y captó la atención de los presentes.
“Una desventaja crítica para la agricultura argentina son los costos y la incertidumbre del mercado derivada de los impuestos a las exportaciones”, planteó la dirigente australiana.
Hewitt expresó que esto “reduce inevitablemente la producción, el volumen y la inversión”.
“Los controles de precios en el mercado nacional son mucho menos eficaces que el apoyo específico a grupos que padecen inseguridad alimentaria, y asimismo, perjudican a los productores argentinos que reciben un 16% menos que los precios del mercado internacional, según la OCDE”, manifestó.
“Comprendo la motivación de estas medidas, pero la carga del costo es muy pesada”, lamentó.
La oradora sostuvo que “representan un desincentivo para la innovación y debilitan el PBI y las perspectivas de crecimiento para la Nación”.
¿GRADUALISMO O RETENCIONES CERO?
Hewitt en la actualidad preside el Centro Australiano para la Investigación Agrícola Internacional. Desde allí investigan y desarrollan temáticas vinculadas a cultivos, pesca, silvicultura, horticultura y ganadería. También tienen en su radar la ciencia y las disciplinas que le dan respaldo a dichas actividades, como la agronomía, fitogenética, producción ganadera, agronegocios, ciencias sociales, manejo de suelos y tierras, agua y clima.
Y no perdió la oportunidad de meterse de lleno en uno de los debates que hoy en día forma parte de una de las peleas más vigorosas hoy en día en la oposición política argentina: gradualismo para quitar las retenciones, algo por lo que abogan con claridad Horacio Rodríguez Larreta y Juan Schiaretti, o la baja inmediata, como plantean sectores libertarios como Javier Milei o cuadros de Juntos por el Cambio más cercanos a Patricia Bullrich.
“En caso de eliminarse estas, serán necesarias fuentes alternativas de ingresos fiscales. Durante el proceso de reforma australiano un importante reequilibrio en materia tributaria implicó la introducción de un impuesto a las ganancias de capital y un impuesto general a las ventas que generó ingresos adicionales”, comparó.
“Esto significó que los impuestos, tanto de personas naturales como jurídicas, pudieron ser reducidos para mejorar nuestra competitividad protegiendo al mismo tiempo el gasto social creciente”, afirmó.
En tanto, agregó: “Con una combinación adecuada de políticas y una gradualidad cuidadosa, toda la población puede beneficiarse”.
Por último, cerró: “Nos enfrentamos a difíciles condiciones económicas y geopolíticas, pero los tiempos difíciles a veces pueden ser un estímulo necesario para el cambio. Este fue el caso de Australia a principios de la década de 1980. La evidencia de las décadas demuestra que merece la pena el esfuerzo”.
