Justamente en la semana que el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación publicó la Resolución 151/2020 en el Boletín Oficial, por la cual se oficializa la distribución de la Cuota Hilton para el período comprendido entre el 1 de julio de 2020 y el 30 de junio de 2021 y, este viernes, se celebra en el Día Nacional de la Ganadería.
Sin embargo, una noticia reciente del mercado de carne uruguayo, sobre Hilton, reactivó una discusión latente que existe en Argentina, durante esta semana tan simbólica.
¿De qué se trata? Los productores ganaderos y las autoridades del vecino país están trabajando activamente para elaborar un protocolo para incluir ganado terminado bajo suplementación como parte de la Cuota Hilton. Ellos exportan casi 6.400 toneladas bajo esta cuota a la Unión Europea, muy contratantes, en el volumen, con las casi 29.000 toneladas que exporta la Argentina.
Darío Colombatto, reconocido consultor ganadero argentino y que asesora también a productores uruguayos, brindó reflexiones técnicas y apreciaciones comerciales sobre la decisión en la que quieren avanzar los vecinos y la factibilidad de aplicarlas en Argentina.
“Realmente apoyo la decisión del gobierno uruguayo sobre este cambio en los protocolos de Cuota Hilton porque, de la misma forma que ocurre en Argentina, son un tanto anacrónicos”, advierte.
Según el experto, la posibilidad de incluir en el protocolo la suplementación con un porcentaje de grano permite ventajas en varios aspectos.
“De la totalidad de los cortes de la media res, la cuota ‘típica’ importa tres cortes (lomo, bife angosto y cuadril sin tapa) y, la ‘ampliada’, otros cinco cortes más. Es decir, en el mejor de los casos, de un novillo Hilton terminado completamente a pasto quedan quince cortes en el mercado interno”, explica.
De esta manera, con la suplementación se gana por varios aspectos, detalla.
“Te asegurás que la terminación sea más rápida, se uniformizan las tropas y que más animales entren en la Cuota. Además, en cuestiones organolépticas, el posicionamiento de la carne que queda en el mercado interno es más fácil porque el consumidor argentino no acepta tan fácil la grasa un poco más amarilla de la carne, debido a que animal se alimentó a pasto, y el color de la carne tiende a ser más claro”, explica.
Sin embargo, el impacto no termina ahí. “El asado, corte típicamente popular, constituye el 13% de la res, y es mucho más difícil colocar asados con grasa amarilla que con grasa blanca, lo que reduce su precio y por ende el valor total de la integración de la res. Por otra parte, es ventajosa la suplementación dada la salida más rápida del campo, considerando el contexto económico argentino. Con un costo del dinero del 3%-4% mensual, un mes más que esté el animal en el campo tiene un impacto financiero significativo para la empresa”, aclara.
Asimismo, Colombatto traza diferencias y manifiesta que el interés uruguayo en el avance de esta decisión es mayor que en Argentina, probablemente por la mayor avidez en la ganancia y mantenimiento de mercados externos con respecto a la Argentina.
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“Uruguay tiene un stock aproximado de 11,5 millones de cabezas de ganado bovino y su consumo interno solamente alcanzaría para absorber un 35% de lo producido. Entonces, es natural la necesidad de mantener mercados conquistados, y ganar otros”, advierte. Escenario muy diferente al argentino, considerando que en el mercado local se consume el 75% de la carne producida.
Por otra parte, Uruguay tiene menor superficie relativa disponible para pasturas de alta producción, y esta superficie suele competir contra la agricultura. De ahí que la suplementación con granos les permitiría cumplir con los objetivos productivos con mayor seguridad y sin necesidad de mayor superficie.
Además, según detalla el consultor, el país vecino ya cuenta con certificaciones de animales criados y engordados a pasto, y por eso deberían recibir un sobre-precio.
“Si Hilton, tal cual está ahora -paga 20% de arancel por entrada a la Unión Europea-, no tiene sobre-precio con respecto a ganado terminado a corral (específicamente Cuota 481 o Cuota Feedlot), entonces su única ventaja sería menores costos relativos, pero mucho mayor tiempo invertido en el proceso, y menos seguridad de logro en tiempo y forma”, admite Colombatto.
La iniciativa uruguaya puso en el tapete una posibilidad sobre la cual las autoridades argentinas pueden comenzar a considerar firmemente para beneficio del comercio interno y externo de carnes.