“Quisiera que todo el mundo hable de Sudamérica. Y de toda América como una gran proveedora de semillas y tecnología. Pero también de un movimiento libre de la semilla, sin barreras paraarancelarias ni problemas fitosanitarios. Y que los estados adopten las nuevas tecnologías, necesarias para cumplir objetivos como la seguridad alimentaria”.
Quien se traza estos objetivos desde el otro lado de la llamada vía Whatsapp desde Europa es la flamante vicepresidenta de la International Seed Federation (ISF).
La votación en el seno del consejo directivo había sucedido algunas horas antes, en plena tarde de miércoles, y luego la convalidación llegó por parte de la asamblea general que representa a los 84 países miembros.
La particularidad de que se elija a alguien como vicepresidenta de la ISF es que, de no mediar imponderables, la vicepresidencia es el preparativo para el gran cargo: el sillón presidencial del organismo.
También celebramos la designación de Lorena Basso @lorebasso como 1era VicePresidenta de ISF, quien luego asumirá la Presidencia en 2026.
👏🏻 Ambas excelentes noticias para el sector semillerista Latinoamericano. pic.twitter.com/jqynx9Bjtn
— CUS (@CUS_UY) May 29, 2024
Pero el dato trascendental para el agro argentino es que esa persona es Lorena Basso, presidenta de Basso Semillas, y expresidenta de la Asociación Argentina de Semilleros (ASA).
Y aún con la emoción de haber sido elegida como la primera mujer en ocupar ese cargo, habló con Infocampo desde Países Bajos.
UNA ARGENTINA AL FRENTE DE LA FEDERACIÓN INTERNACIONAL DE SEMILLAS
Ante 2.000 asistentes desde todo el mundo, allí se realizó entre el 27 y el 29 de este mes el tradicional “World Seed Congress”. Incluso contó con la presencia del Rey Guillermo, esposo de Máxima Zorreguieta, quien ofició como anfitrión de honor pero también como la cara visible de un país líder en el mercado y la investigación en semillas hortícolas.
“Será la primera vez que Argentina logre tener ese cargo, y seré la primera mujer. Es toda una revolución porque ISF cumple 100 años y justo en esta asamblea me eligen como vice. Estoy muy feliz por el país”, contó desde la ciudad de Rotterdam.
-¿Cómo se dio la votación?
-El directorio es el que te promueve y después la asamblea es quien te confirma. Los mismos colegas son los que van definiendo quién es quién. Y luego seguirá la sucesión a presidencia. Fue por unanimidad de la comisión directiva. Por eso nos pone muy contentos de que Argentina pueda tener ese lugar en esa mesa.
-¿Se buscaba un perfil como el tuyo?
-Creo que estaban buscando a alguien que conozca el negocio y que lo conozca en términos internacionales. Era buscar alguien que conociera el sector realmente y también pensar en que ISF tenía que salir de cierta centralidad europea, y empezar a pensar en las otras regiones que son grandes en el sector semillero. Entonces se fueron sumando las variables, y ahí estuvo mi nombre dando vueltas.
-¿Qué puerta le abre esto al país en desarrollo genético? ¿Qué pasará con la propiedad intelectual?
-Creo que muchísimas, porque acá lo que se discute es lo que viene para adelante. Entonces cuando llega la etapa de implementación en los países ya la cosa está discutida. Esto a nosotros nos da posibilidad de empezar a tener un rol importante y una voz en las discusiones. Porque casi a mediano y largo término después las implementan los países con sus legislaciones, por eso es recontra importante estar en esta etapa. Sino cuando llegan a tu país las cosas están decididas y puede ser que no sea lo que vos querés.
-¿Un ejemplo de ello?
-En la idea de ‘pequeños productores’ venimos con una discusión hace muchos años, porque nuestros pequeños productores no coinciden con el concepto del pequeño productor europeo.
-¿Dónde están esas diferencias?
-Fundamentalmente en términos de superficie. Es totalmente distinto, y por eso me parece que es vital decir “ojo, paren: la discusión no va por ese lado”. Las realidades en otras regiones del planeta son totalmente distintas, entonces no legislen ni tomen decisiones sobre sobre políticas que pueden afectar la legislación nacional, por ejemplo, en el caso nuestro.
-¿Influye también la sofisticación tecnológica y una mayor eficiencia del Estado?
-Sí, totalmente. Tienen otro tipo de percepción de la de la cosa. Entonces quizás el pequeño productor para ellos es un productor de subsistencia y a veces hay confusiones porque para nosotros ellos son quienes realmente tienen que hacer una producción para subsistir y junto a su familia. Pero eso no tiene nada que ver con ser un productor de poca escala. Con lo cual creo que está bueno dar la discusión y levantar la mano cuando la discusión no vaya por el lado de que nos pueda favorecer.
-¿Cuánta importancia tienen los commodities que más produce la Argentina en el seno del ISF?
-Por supuesto que maíz y soja son totalmente importantes, pero también se le da relevancia a otros cultivos, como lo hortícola o las pasturas.
-¿En qué situación está la Argentina en horticultura, a comparación global?
-Soy medio imparcial en eso, porque hay muy poca gente que está haciendo genética y uno de los pocos desarrolladores somos nosotros (NdR: Basso Semillas, la compañía familiar que lidera con su hermana Cecilia), que tenemos un rol muy importante. Hoy el 90% de la semilla de horticultura viene del Exterior. Ahí hay muchas oportunidades para atraer inversiones y desarrollos.
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-¿Esto supone una disputa territorial con los grandes cultivos, como soja, maíz, trigo o girasol?
-No, para nada, no estaría compitiendo porque son otros sectores de producción, otros empresarios, otra cosa. Puede ser complementaria. Casos como los de Mendoza son un buen ejemplo, donde no hay incidencia de los commodities. Nosotros en la empresa desarrollamos maíz dulce, zapallos, zapallitos, zucchinis que son altamente tecnológicos y que ese desarrollo se hace en el país. Es otra escala, a pesar de que las tecnologías pueden llegar a ser las mismas porque hay una altísima investigación en ellos.
-Pero sí debe suponer una mayor llegada e interacción con los consumidores finales.
–¿Sabes qué es lo que tiene distinto? Que nosotros trabajamos de punta a punta en la cadena. Cuando vos estás trabajando con zapallitos es habitual tener contacto con los consumidores finales para saber cuestiones de gusto, color, la percepción del producto. Eso en los commodities no pasa, no sabés a dónde termina tu grano.
-¿Esto te demandará un vínculo permanente y formal con los funcionarios argentinos?
-No necesariamente, pero sí es importante y sigo manteniéndolo desde que terminé la presidencia de ASA. Me parece que es vital porque en definitiva la implementación de cualquier tipo de reglamentación la hacen los estados, así que creo que hay que seguir construyendo el vínculo entre lo privado y lo público. Estuvimos hace pocas semanas con Fernando Vilella en la asamblea de ASA y estamos totalmente alineados en lo que estamos queriendo. Es esencial para que haya seguridad alimentaria. La única forma es con tecnología y las tecnologías tienen que ser adaptadas por los Estados. Es decir, las legislaciones deberían estar adaptándose. Estos tres aspectos son vitales.
-¿Cuál es la aceptación o rechazo en otros países de la región a UPOV 91?
-Hoy estuve con el secretario de Agroseguridad de Brasil, y ellos también están con la idea de pasar a UPOV 91. Todos estamos con los mismos desafíos, en menor o mayor medida Uruguay tiene un poco más ordenada la cosa, pero hay países que ni siquiera están todavía en el Tratado de UPOV. Nos ayudaremos para que todo se vaya alineando y la tecnología vaya a los países, porque si hablamos de la sustentabilidad y de que todos los productores tienen que acceder a la semilla, el marco legislativo debe acompañar.
-¿Y no hay productores que puedan quedarse afuera de la actividad ante ese cambio?
–Te lo llevo al tema de horticultura. Hay variedades que no entran a la Argentina por un tema de multiplicación. Por eso, es vital. Y multiplicación no es lo mismo que uso propio. Pero sí, hay temas para solucionar.
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