Los ecólogos Cristian Román-Palacios y John Wiens de la Universidad de Arizona, publicaron un estudio en la revista PNAS, en el cual aseguran que una de cada tres especies de animales y plantas desaparecerá en 50 años, principalmente como consecuencia del cambio climático.
Para este trabajo, examinaron cientos de datos sobre extinciones recientes fruto del calentamiento global, tasas de movimiento de las especies y diferentes proyecciones climáticas para las próximas décadas.
En total se tuvo en cuenta información de 538 especies en 581 regiones del mundo y los cambios que experimentaron a lo largo del tiempo con, al menos, 10 años de diferencia. Los investigadores concluyeron que el 44% de las 538 especies ya se extinguieron en uno o más sitios.
El estudio determinó además que la variable que mejor determina si se producirá una extinción es la temperatura máxima anual y las máximas más altas de verano. Sin embargo, descubrieron que las temperaturas anuales medias reflejaban pequeños cambios en los sitios con extinción local pese a que se usan como un indicador general.
“Esto significa que el uso de cambios en las temperaturas medias anuales para predecir la extinción del cambio climático podría ser positivamente engañoso”, afirmó Wiens.
Asimismo, señalaron que la mitad de las especies se extinguirían si la temperatura incrementa 0,5°C, y lo haría el 95% si aumenta en más de 2,9°C.
Wiens considera que el impacto en la biodiversidad sería menor si el mundo trabajara para detener el cambio climático, “pero si los humanos causan mayores aumentos de temperatura podríamos perder más de un tercio o hasta la mitad de todas las especies animales y vegetales”.
Las regiones del planeta más afectadas
Los investigadores llegaron a la conclusión que las extinciones en los trópicos serían de dos a cuatro veces más comunes que en las regiones templadas.
“Esto supondría un gran problema, porque la mayoría de las especies de plantas y animales se encuentran en esas regiones”, advirtió Román-Palacios.
Estudios anteriores sugieren que las especies suelen dispersarse hacia hábitats más fríos para sobrevivir, pero estos autores calcularon que la mayoría de las que existen hoy en día no podrían trasladarse con rapidez suficientemente como para evitar su extinción, en función de sus tasas de movimiento pasadas.