El cultivo de papa es uno de los más federales del país. Aunque su región más conocida es la que rodea a Balcarce, en el sudeste de Buenos Aires, también se extiende en numerosas hectáreas en Córdoba y en Mendoza, entre otros territorios.
En esta última provincia, es la principal hortaliza de verano: ocupa alrededor de 6.000 hectáreas entre consumo, industria y semilla de diferentes categorías.
Y como en el resto de las zonas del país y también en otras latitudes del mundo, una de las principales preocupaciones de los agricultores es una enfermedad: el Tizón Tardío.
Por eso, fue uno de los ejes abordados durante el XVII Taller de Seguimiento Técnico Anual de Fontagro.
EXPERIENCIA INTERNACIONAL
Allí, la investigadora chilena Ivette Acuña explicó una metodología que se está implementando como prueba en Educador y en Panamá, y más avanzadamente en la Isla Chiloé de Chile, y que permite detectar de manera temprana a este patógeno.
“Estamos implementando un sistema de alerta temprana, la cual utiliza información meteorológica y avisa a los agricultores cuando hay condiciones ambientales para que el patógeno ataque el cultivo. De esta manera, se puedan hacer los controles adecuados en el momento oportuno”, indicó Acuña.
Vale mencionar que el Tizón Tardío es provocado por un microorganismo patógeno, que ataca a la papa y destruye las hojas, que son la principal fuente de almidón del cultivo debajo del suelo. Es decir que, al destruir las hojas, el cultivo no se alimenta y la papa no sirve o disminuye mucho su rendimiento.
“En la isla de Chiloé se está validando el sistema, para ver cómo lo toman los agricultores. Llevamos 1.800 personas capacitadas en el uso del sistema. Las interpretaciones, la aplicación segura, prácticas agrícolas y manejo integrado. Con esto hemos logrado disminuir la cantidad de aplicación en un 50%, lo que significa también un menor impacto ambiental”, agregó la investigadora.
En concreto, el ahorro es en materia de fertilizantes y fungicidas, al controlar la enfermedad en el momento exacto en que está latente.
CÓMO FUNCIONA
Operativamente, el sistema funciona tomando información de estaciones meteorológicas que están en los territorios (temperaturas, precipitaciones y humedad relativa), toma los datos y los procesa mediante un modelo que permite arrojar resultados sobre si hay condiciones favorables, muy favorable, nulas o bajas.
En Chile se hace mediante mensajería de texto al productor: le llega al teléfono la información, advirtiendo si en el territorio en que produce hay alerta roja, naranja, verde o amarilla.
Este patógeno es la enfermedad más importante a nivel mundial y aunque diferentes organismos están trabajando en investigar, muta constantemente; por eso se busca generar una metodología integral, compatible con la agricultura sustentable, ya que el agricultor aplica el producto solo cuando es necesario.
“Es una forma de manejar la enfermedad de manea sostenible”, insistió Acuña.
