Al pensar en la agricultura de precisión, la mente se dirige a las plataformas tecnológicas, las AgTech y las prescripciones digitales, entre otras innovaciones. Sin embargo, en la ganadería de precisión ese concepto no solo queda tranqueras adentro, es sistémico y también involucra lo que pasa tranquera afuera, hasta el consumidor.
Para Carlos Federico Kohn (Foto), licenciado en Gestión de Empresas Agroindustriales y también asesor ganadero, la ganadería de precisión es una síntesis de todo el sistema productivo y comercial.
“Siempre insisto en que donde más se captura valor es en los cortes vacunos”, enfatiza en diálogo con Infocampo, y diferencia que la ganadería de precisión no se trata solo de seguir un rodeo con un dron o monitorear ciertos parámetros con una plataforma o una app.
“La precisión ganadera es interrelacionarse con el cliente, conocer qué tipo de corte necesita, y producir pensando en el rendimiento de corte”, profundiza más Kohn.
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Al momento de ejemplificar su idea, el consultor se refiere a un corte específico, respecto a los 40 en los que se fracciona la res en Argentina.
“La pieza que más refleja la eficiencia en cortes es la nalga. Por medio de un índice, que oscila entre 5%-6%, mayor será la eficiencia general cuanto más cerca esté del 6%”, detalla.
Asimismo, reconoce que los viejos indicadores, como kilos de media res por kilo de peso vivo, engañan y esconden ineficiencias. “A la media res, hay que rendirle honores, pero ya cumplió un ciclo”, también advierte.
Ayer viernes, unos de los viernes que menos hacienda entro al Mercado en la historia pic.twitter.com/kB68dJ2EQd
— carlos federico kohn (@kohn_federico) January 15, 2022
Kohn entiende, con lógica, que al productor le cuesta pensar en dar un salto de calidad y abordar temas de eficiencia comercial porque siempre está “mareado” por los temas de coyuntura, pero señala que estas discusiones de agregado de valor hay que empezar a plantearlas.
En la práctica, llevar adelante la ganadería de precisión tiene el desafío de encontrar el mejor indicador que permita premiar al productor con índices de productividad en carnicería y góndola.
Para el experto, esta estrategia comercial de valor también redunda en beneficios para el canal de venta.
“Los kilos de carne que se venden por carnicerías son mucho menores que antes. Entonces, al carnicero le cuesta mucho vender todos los cortes que integran una media res. Antes vendía 1.000 kilos de carne por semana y ahora la mitad. Comercializar por cortes de alta eficiencia, entonces, es también definir qué necesita el canal de ventas y, paralelamente, una oportunidad para los productores de vender con marca, como ya lo hacen en Brasil”, explica el consultor.
La cadena
“Quedó demostrado que la demanda de carne en la Argentina está firme y se vio con las ventas de fin de año”, señala el consultor.
Sin embargo, hay grandes cuestiones de la cadena de ganados y carnes que “estarán instalados por un tiempo más”.
Al respecto, se refiere al corrimiento de la ganadería a las zonas marginales; el cambio en la matriz productiva con la participación del feedlot en la terminación de animales; los bajos los porcentajes de preñez; los altos costos de los alimentos y una demanda de carne que está en descenso por el precio actual de la carne.
Teniendo en cuenta estos aspectos que hacen a la situación estructural, especifica Kohn, el mejor abordaje para la cadena de carne argentina es pensar en una “estrategia de eficiencia de gestión comercial”, destinando al mercado interno lo que demanda y el saldo enviarlo a otros mercados.
Esto, además de mejorar la rentabilidad del productor, permite tener todo un gran sistema de trazabilidad.
“Argentina está preparada para ser pionera en esta gestión comercial de cortes ya que cuenta con la calidad de carne, la cantidad de cortes de vacunos por animal, el consumo interno y el reconocimiento a nivel global”, resume el experto.