En el competitivo mundo de la agronomía, donde los avances tecnológicos continúan siendo un factor clave para incrementar la producción y proteger los cultivos, BASF sigue dando pasos hacia adelante con sus recientes lanzamientos.
Tal es el caso de Melyra®, un fungicida que promete revolucionar el mercado. Este innovador producto no solo ofrece un control eficaz de enfermedades en la soja, sino que también refuerza la sustentabilidad en la agricultura moderna.
Melyra® es un fungicida de última generación diseñado para maximizar la protección y el rendimiento de los cultivos.
Se destaca porque combina dos ingredientes activos de alta eficacia: Revysol® (mefentrifluconazole), el primer Isopropanol-Azol del mercado, y F500® (pyraclostrobin), una estrobilurina reconocida por su acción translaminar.
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Juntos, estos componentes logran un control rápido, persistente y completo contra las principales enfermedades de los cultivos, garantizando al productor un aumento significativo en la calidad y cantidad del grano.
LOS BENEFICIOS DEL NUEVO FUNGICIDA DE BASF
Entre las características más destacadas de Melyra®, se encuentran su capacidad para:
- Maximizar la productividad: al prevenir enfermedades de fin de ciclo (EFC) en soja, Melyra® asegura más kilos por hectárea.
- Manejar eficientemente las resistencias: especialmente útil contra enfermedades menos sensibles a otros fungicidas triazoles, como Cercospora kikuchii y Septoria glycines.
- Incrementar la sustentabilidad: su menor toxicidad dentro del grupo de los triazoles lo posiciona como una opción más amigable con el medioambiente.
Además, el éxito de Melyra® radica en la sinergia entre sus dos componentes principales:
- Por un lado Revysol®, que ofrece una protección prolongada y una resistencia superior a condiciones externas como la lluvia o los rayos UV, gracias a su absorción rápida y su acción curativa inmediata. Este ingrediente se libera gradualmente en las hojas, protegiendo incluso las zonas no alcanzadas durante la aplicación.
- Su otro componente principal es F500®, que complementa la acción con su capacidad sistémica y translaminar, asegurando una cobertura completa de la hoja y una protección duradera, incluso cuando solo se aplica en la superficie superior.
Cabe destacar además que, aunque inicialmente desarrollado para soja, Melyra® se proyecta como una herramienta útil en cultivos de maíz, trigo, cebada, algodón, cítricos y vid.
Además, su compatibilidad con otros productos fitosanitarios lo convierte en una opción versátil para diversas condiciones agronómicas.
CÓMO SE APLICA EL FUNGICIDA MELYRA®
El uso de Melyra® es sencillo y eficiente: se recomienda una dosis de 0,5-0,6 l/ha, con un intervalo mínimo de 21 días entre la aplicación y la cosecha.
Es compatible tanto con pulverizaciones terrestres como aéreas, siempre y cuando se respeten los volúmenes mínimos de agua para una cobertura adecuada. Asimismo, BASF promueve el manejo responsable de los envases mediante el “triple lavado” y su posterior traslado a centros de recolección.
Además, la aparición de Melyra® representa un avance en la agricultura sustentable al reducir la toxicidad en comparación con otros fungicidas triazoles.
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Esto no solo beneficia al medioambiente, sino que también respalda las buenas prácticas agrícolas que son cada vez más demandadas por los mercados internacionales.
UNA AYUDA DIGITAL CONTRA LAS ENFERMEDADES
En tanto, otra de las novedades que se encuentra presentando BASF es Spray Timer, una de las funcionalidades de xarvio FIELD MANAGER®, la plataforma de agricultura digital de la firma, que predice la aparición de las enfermedades en el cultivo de trigo, cebada y soja.
El algoritmo, junto a varios elementos que toma en cuenta, puede determinar si se llega a un umbral que puede afectar en el rendimiento impactando en forma económica.
Esta funcionalidad facilita el manejo de lotes, proporcionando alertas para las principales enfermedades para estos tres cultivos.
A su vez, ayuda a optimizar monitoreos, planificar la logística y registrar tratamientos y datos del lote.
Al ingresar los datos específicos de una parte específica de la producción, como el cultivo previo, tipo de labranza, variedad, fecha de siembra y rendimiento esperado, el algoritmo de xarvio, que cuenta con más de 25 años de investigación y desarrollo, proporciona al usuario información actualizada y precisa sobre el riesgo de enfermedades, gracias a su alto nivel de asertividad.
Con este lanzamiento, BASF continúa afianzando su eficiencia en la sustentabilidad y en la protección de cultivos.
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Su capacidad para controlar enfermedades de forma prolongada, mejorar el rendimiento y adaptarse a diversas condiciones lo convierten en una herramienta esencial para el productor moderno.
Este fungicida no solo es un aliado para incrementar la rentabilidad, sino también una apuesta firme hacia una agricultura más sostenible y responsable, siendo una solución innovadora que pone la tecnología al servicio del agro.