Desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) analizaron la nueva disposición del Banco Central de la República Argentina (BCRA) que modificó el sistema de financiación de importaciones hasta el 30 de septiembre, lo cual pone bajo la lupa la entrada de fertilizantes para la nueva campaña.
Por medio de la disposición, las empresas importadoras deberán buscar financiamiento para poder importar bienes cuando superen hasta un 105% del total importado durante el año anterior, medido en dólares, introduce el comunicado a modo explicativo.
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De acuerdo a la resolución del BCRA, se restringe temporariamente el acceso a divisas para “cuidar las reservas”. Según el análisis de la Confederación, no queda claro si la medida se renovará, o no, a partir del 1° de octubre, si siguen faltando dólares, en medio de la actual crisis macroeconómica.
Ernesto O’Connor es el responsable del Departamento Económico de CRA e indica que entre los 15 primeros productos de importación en 2021 (datos del INDEC), se destacan la urea con contenido de nitrógeno por 726 millones de dólares y el fosfato monoamónico por 590 millones de dólares, es decir, que entre ambos totalizan 1.316 millones de dólares de importaciones.
“Este valor se aproxima bastante al total de importaciones del sector agropecuario y agroindustrial, al que se debe sumar alguna maquinaria agrícola, piezas y accesorios, y otras importaciones menores”, dice el analista.
El maíz vuelve a ser el principal cultivo de EE. UU. después de que los altos precios del grano motivaron a los agricultores a ignorar los problemas climáticos y los altos precios de los fertilizantes para sembrar más de lo esperado.
— Esteban Moscariello (@moscarielloe) July 4, 2022
EXPORTACIONES – IMPORTACIONES
En contraprestación, frente a la cifra de importaciones, señala O’Connor las exportaciones agroindustriales totales fueron, en 2021, de 52.382 millones de dólares, las de granos 17.544 millones de dólares y las de aceites, pellets y harinas, 22.293 millones. El aporte neto del agro en divisas es más que elocuente.
“El evidente menor acceso a fertilizantes frente a las próximas decisiones de siembra para la campaña gruesa 2022/23, y el encarecimiento del precio interno, a partir de cierto desabastecimiento, no augura buenas noticias”, agrega O’Connor.
Ante este panorama que se configura, agregan desde la entidad, “la siembra de maíz podría ser menor, redundando nuevamente en un esquema de rotación ineficiente, derivado de los efectos de las decisiones de política económica, que no permiten la mejor asignación de la producción agropecuaria, y afectarán el transporte, el empleo y la generación de divisas negativamente”.