El INTA presentó una nueva edición del Mapa Nacional de Cultivos (MNC) correspondiente a la campaña 2022/23.
El objetivo del trabajo es conocer la distribución espacial de los cultivos y sus cambios entre campañas agrícolas, a partir del análisis de variables como los procesos de expansión, intensificación y rotación agrícola.
El informe fue elaborado a partir del trabajo de 29 unidades del INTA distribuidas en todo el territorio nacional y permite completar una secuencia de mapas de cinco campañas agrícolas, tomando el ciclo 2018/19 como punto de partida.
“La disponibilidad de información a escala detallada y con alcance nacional de la ubicación de los principales cultivos extensivos constituye una herramienta clave para la planificación de la producción agrícola, transporte, acopio de productos y distribución de insumos”, indicó Diego de Abelleyra, investigador del Instituto de Clima y Agua del INTA y uno de los desarrolladores del mapa.
Al contar con información de cinco campañas consecutivas, se pueden analizar aspectos adicionales como zonas de expansión o retracción de la agricultura, rotaciones de cultivos y agrícola-ganaderas y la distribución del monocultivo.
El MNC se viene utilizando como información de base para el desarrollo de diversas aplicaciones y estudios científicos. Entre ellos, se destaca la utilización como capa para el seguimiento de cultivos.
Presentan el quinto mapa nacional de cultivos extensivos
Esta herramienta, elaborada por especialistas de 29 unidades del @intaargentina del país, brinda información a escala detallada sobre la ubicación de los principales cultivos extensivos.
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— INTA Informa (@INTAInforma) November 15, 2023
CÓMO ES EL MAPA NACIONAL DE CULTIVOS
Así, se puede enfocar diversos índices –vegetación, meteorológicos, humedad del suelo– sobre áreas agrícolas o cultivos específicos, como capa para el seguimiento forrajero, como así también para la caracterización de secuencias de cultivos e impactos.
“También sirve para la cuantificación de emisiones de carbono, como base para estudios de fragmentación del paisaje y sus efectos; para la optimización del trazado de rutas y caminos rurales y su impacto en salud humana”, destacaron desde el organismo técnico.
En el mediano plazo, se espera que la información provista por las colecciones de mapas pueda ser generada en tiempo real.
Esto sería el puntapié inicial para el desarrollo de nuevos productos, tales como la predicción del rendimiento agrícola a nivel lote, pronósticos de producción de granos a nivel departamento y la caracterización de sistemas de producción de granos, entre otros”, explicó el investigador.
COMO SE REALIZÓ EL MAPA NACIONAL DE CULTIVOS
Los mapas se confeccionaron a partir de índices obtenidos de imágenes satelitales de las plataforma Landsat y Sentinel 2. Se tomaron muestras de entrenamiento a partir de relevamientos a campo durante dos momentos de la campaña agrícola 2022/23 y en áreas con faltante de datos de campo, se consideró información complementaria a partir de referentes, productores e interpretación visual.
La zonificación se basó en las zonas del Panorama Agrícola Semanal (PAS) de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires que agrupa departamentos o partidos en 15 zonas en función de la distribución y abundancia de cultivos.
“Para cada zona se realizaron clasificaciones supervisadas en forma independiente, es decir clasificaciones que son entrenadas con muestras de referencia a partir de observaciones a campo, que brindan información georreferenciada del tipo de cultivo y otras clases no agrícolas observadas en un número de lotes o parches a lo largo de la campaña 2022/23”, explicaron.
La información de campo relevada también permite hacer estimaciones de la exactitud de los mapas generados y de su nivel de error.