a reciente reapertura del mercado chileno para las carnes argentinas, luego de casi once meses de ausencia por la aftosa, forma parte de la real voracidad existente a nivel internacional por los cortes de excelsa calidad y envidiable sabor que tiene nuestro país.
Sin dejar de mencionar la febril genética nacional y un sistema de producción envidiable, las carnes argentinas logran sobreprecios más que interesantes, sobre todo en aquellos mercados -como el chileno- dispuestos a pagar entre 15 y 30% por sobre los commodities, según razonaba hace un mes Luis Piñeiro Pacheco, titular de la Asociación de Productores y Exportadores Argentinos (APEA).
Justamente, esta entidad fue la responsable de reimprimir a fuego el estigma de las carnes argentinas en los paladares chilenos, que desde el 19 de julio pasado disfrutan de cortes de elite en los principales centros de abastecimiento del país y no se quejan al momento de pagar unos u$s2.500 por tonelada de esta carnes “que hacen agua la boca”.
Bajo un contrato de adhesión con la importante cadena supermercadista Líder -con setenta puntos de venta y una facturación de u$s1.000 M anuales- la gente de APEA consiguió una “obligación de compra mínima de dos camiones semanales, es decir de 44 toneladas o u$s50 mil cada siete días”, cuantificó el dirigente a Infocampo.
Esta estrategia de “poco volumen y enorme cantidad de diferencial” está pensada para llegar a las 100 toneladas semanales, recordó a Infocampo José Miguel Ramírez Molyneux, gerente de la chilena Socosur, asociada a APEA, también en ocasión del primer envío argentino al país vecino.
Sin embargo, quizás pueda existir una arista que astille el bastión y patee en contra: otra vez la carga tributaria, la misma que hizo que el CEO de El Tejar, Oscar Alvarado, decidiera suspender sus colocaciones a Chile, allá por el ’96.
A partir de una experiencia en el Grupo CREA Roque Pérez y debido a una suerte de ejercicio en el marco de un curso de emprendedores dictado en el ’95 en Chile, la cabaña El Tejar empezó “a vender un camión de carne por mes, después dos, y terminamos enviando uno por semana, con una capacidad equivalente a diecisiete cortes de carne de 260 novillitos o vaquillonas de 300 kilos, lo que implicaba una facturación semanal importante, con una rentabilidad de arriba de 6% sobre la facturación”, contó Alvarado a Infocampo.
El negocio estaba sustentado en envíos de carne con marca -bajo la preferencia de cortes de pulpa, como bola de lomo o nalga y una tolerancia de grasa de 3%, según la exigencia del organismo sanitario chileno- y hasta “trabajábamos sin stock, armábamos la media res y la colocábamos inmediatamente”, recordó el productor, con una emoción evidente.
El negocio cerraba hasta sin cerrojo, pero “la experiencia se cortó en el ’96, debido a una situación bastante triste, que tiene que ver con este marco país que estamos viviendo”, narró Alvarado, para aclarar que “la devolución del IVA para pequeñas y medianas empresas fue y sigue siendo una gran limitante, debido a que la AFIP no cumple con los plazos que estipula la ley para la devolución del impuesto; en mi caso hasta llegaron a tardar catorce meses”, enfatizó.
Con un IVA por aquel momento de 18%, “a nosotros nos implicaba 15% del total de la facturación, y si tenemos en cuenta que la rentabilidad era de 6%, no sólo no nos quedaba la ganancia líquida, sino que cuanto más vendíamos, financieramente menos plata teníamos”, subrayó Alvarado.
El CEO de El Tejar recordó, entonces, que “al final los créditos para la promoción de exportaciones los teníamos que destinar a cubrir el problema financiero. Llegó un momento que la situación fue insostenible, tuvimos que matar el negocio para que el negocio no matara a la empresa. Esto mismo le pasa hoy a 95% de las Pyme que quieren exportar en la Argentina”, dijo Alvarado con la misma simpleza de aquello que ocurre, se diagnostica y, lejos de remediarse, se intenta mostrar como el exitoso modelo exportador argentino.
Garantizan inocuidad sanitaria
mo la continuidad de las colocaciones argentinas en todos los rincones del mundo no es un chiste para nadie, pensar en garantizar la “inocuidad” de nuestras carnes -sobre todo ante los ojos de un consumidor alertado por el mal de la vaca loca- es una decisión acertada, que seguramente tomarán muchos.
Uno de los tantos es el Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC), que anunció la contratación de los servicios de HCCP Consulting Group, una reconocida consultora norteamericana especializada en inocuidad de procesos de la industria frigorífica, para que audite los procesos de calidad de la carne argentina.
Según se dio a conocer, los términos del acuerdo prevén una asistencia permanente on line sobre los nuevos desarrollos en la materia en el mercado americano, cursos de capacitación del personal de calidad y periódicas auditorías de las plantas de las empresas asociadas a ABC.
“Esta contratación, así como la que se prevé de una consultora europea y el desarrollo del Protocolo de Calidad ABC, se inscriben en una estrategia dirigida a ofrecer productos ajustados a los más altos estándares de inocuidad”, se especificó en un comunicado.