La cita tuvo lugar en el Palacio Duhau, en suelo porteño. Allí los representantes de la firma rosarina Bioceres, que impulsa la tecnología HB4 tolerante a condiciones de déficit hídrico y salinidad, salieron a mostrar los resultados positivos en término de rendimiento para el trigo, en un contexto de cruda sequía.
“En la campaña 2022/23 hubo mejoras de rendimiento de hasta 40%. En la misma, se sembraron 50.000 ha de trigo bajo el programa de identidad preservada Generación HB4”, graficaron desde la compañía.
Bioceres tomó en cuenta la producción total nacional de trigo, que fue de 12,4 millones de toneladas, lo que representa un 45% menos que la producción de la campaña 2021/22 y un 35% menos que el promedio de la producción nacional de las últimas 5 campañas.
El promedio de rendimiento nacional fue de 2.280 kg por hectárea, el más bajo desde la campaña 2008/09. Son datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
A campo se confirmó lo que ya se venía observando: los efectos del gen HB4® demostraron mejoras de rendimiento de hasta 40% frente al trigo convencional. En la campaña, se sembraron 50.000 ha de trigo bajo el programa de identidad preservada @GeneracionHb4.
— Gabino Rebagliati (@gaboreba86) February 27, 2023
“Contamos con información de más de 200 puntos de datos de los últimos tres años. En esta campaña de marcada sequía y heladas que afectaron los cultivos, estamos muy contentos de poder presentar estos resultados positivos”, se entusiasmó Alexandre García, Director de la unidad de semillas de la firma.
García explicó cuál fue la metodología aplicada por la empresa en los campos. Bioceres realizó el año pasado más de 20 ensayos en distintas localidades diseminadas por las diferentes zonas productivas del país.
“Se evaluaron las variedades comerciales con tecnología HB4 versus su isolínea correspondiente. La isolínea es una variedad genéticamente equivalente, pero con una principal diferencia: la presencia o ausencia del gen HB4”, explicaron.
¿Cómo se hizo? Las dos variedades se sembraron en el mismo ambiente y en la misma fecha. Y con ese paso previo se realizó luego el mismo manejo agronómico. “De esta manera, podemos asociar la diferencia de rendimiento, al efecto de la tecnología HB4”, precisaron.
Por eso fueron concluyentes con el resultado que recogieron. En ese partido “HB4 vs no-HB4”, el promedio total de diferencias de rendimiento en la suma de todos los ambientes fue de 22% a favor de la tecnología desarrollada por Bioceres y el CONICET.
LOTE POR LOTE
Según afirmaron, en los ambientes de menos de 2.000 kg/ha, el promedio de diferencias de rendimiento subió al 50% con una tasa de éxito de 100% a favor de HB4. Sin embargo en todos los ambientes, el rendimiento de HB4 fue superior al de su isolínea.
“Pero en ambientes de entre 2.000 y 4.000 kg/ha, el promedio fue de 15% con una tasa de éxito de 80% a favor”, remarcaron.
A la vez informaron que el promedio de diferencia se redujo a 2% a favor de HB4® en ambientes de más de 4.000 kg/ha.
Garcia afirmó que “aunque no hay dudas del efecto positivo de la tecnología, la respuesta de gen varía incluso con ciertas pérdidas en condiciones específicas, ya que la sequía no es el único factor que limitante de los cultivos en el campo”.
Incluso compararon al HB4 con “la variedad comercial más sembrada de Argentina”. Y remarcaron que ese diferencial rozó el 75%.
EL PRODUCTOR QUE PIDIÓ EL HB4 PARA SU ZONA
Guillermo Irastorza es un productor agropecuario de Dorrego, en el sur productivo de Buenos Aires. Irastorza estuvo en el Palacio Duhau invitado por la cúpula de Bioceres para contar su caso personal.
“Fui a visitar el campo de un amigo en Corral de Bustos, en Córdoba, una zona en la que no hay problemas de sequía frecuentes como los del sur bonaerense. Por eso cuando me encontré con el HB4 pedí que fuera llevado a mi zona”, recordó.
Seguidamente Irastorza pasó a formar parte del programa “Generación HB4”, que nuclea a los productores que decidieron encarar la siembra de la variedad transgénica bajo el compromiso de la identidad reservada.
“No puedo imaginar el futuro de la producción de granos sin la presencia de HB4”, afirmó.
Según precisó, hace más de 100 años que su familia produce trigo en Coronel Dorrego y sufrió en numerosas campañas la falta de lluvia y la reducción de productividad consecuente.
“HB4 modifica de manera contundente la ecuación en mi campo: es la diferencia entre cosechar y no cosechar. En uno de los campos donde producimos, en la campaña 2021/22 llovieron 81mm de junio a diciembre y se cosecharon 1200 kg/ha. Eso para mí es un récord para una zona tan restrictiva”, cerró.