Argentina es el único país en el mundo que aplica impuestos a todas sus exportaciones con alícuotas diferenciales que son inversamente proporcionales a la competitividad de los diferentes productos gravados. El hecho de que esto no ocurra en ninguna otra nación del orbe no es fortuito. Sucede que tal esquema tributario genera una serie de distorsiones que, en caso de mantenerse durante mucho tiempo, luego son extremadamente difíciles de erradicar. La recaudación por derechos de exportación durante 2004 fue de 10.271 millones de pesos, de los cuales al menos 7.000 millones corresponden a ventas externas de cereales y granos/subproductos oleaginosos. Se trata de la tercera fuente de recaudación en importancia después del IVA y Ganancias, respectivamente. En la actualidad se requieren 4,5 toneladas de trigo para adquirir una tonelada de urea granulada. Pero si no hubiese retenciones, se necesitarían 3,7 toneladas de trigo. El encarecimiento relativo del fertilizante nitrogenado restringe el acceso al mismo y esto, además de recortar rindes potenciales, compromete la sustentabilidad del negocio agrícola en el largo plazo. En la campaña 2003/04 la aplicación de nitrógeno a nivel nacional representó apenas un 30% del total extraído por los cultivos en dicho período, según estimaciones de la consultora Inpofos Cono Sur. Esta hipoteca biológica se paga con una pérdida progresiva de la calidad de los suelos. Con los actuales precios (unos 60 U$S/t) y costos de producción del maíz (alrededor de 250 U$S/t), este cereal ha dejado de ser viable en las zonas extrapampeanas, con lo cual se espera una caída significativa en el área de siembra del mismo durante el próximo ciclo 2005/06. Esto atenta contra los esquemas de rotación necesarios para conservar el patrimonio suelo. Pero tal fenómeno no sucedería en caso de que el valor del maíz fuera de 72 U$S/t (sin retenciones). Por otra parte, los derechos de exportación promueven una transferencia de recursos de los propietarios de campos hacia los arrendatarios. Esto porque la mayor parte de los contratos de alquiler se fijan en quintales de soja por hectárea (o en quintales de trigo en la región Sudeste de la provincia de Buenos Aires). De esta manera, un propietario que alquiló su establecimiento a 12 qq/ha de soja, en lugar de recibir los actuales 187 U$S/ha, recibiría 228 U$S/ha en caso de no haber retenciones. Los derechos de exportación también contribuyen a generar una transferencia de recursos de los productores agrícolas a grandes grupos industriales. Los procesadores avícolas, así como las industrias del almidón y la glucosa, golosinas, cereales para desayuno, etcétera, reciben un subsidio por parte de los productores de maíz. Lo mismo sucede con los molinos harineros en el caso del trigo.