El ciclo 2019/20 avanza a buen ritmo y los productores tienen que tomar decisiones en relación a la rentabilidad. Con un presidente electo el domingo pasado y un fuerte cepo al dólar, el escenario es distinto en comparación al de algunas semanas atrás.
De acuerdo a un estudio del IERAL, de la Fundación Mediterránea, la campaña denota el apuro por vender a causa del temor a una posible baja de precios relativos internos, lo que se refleja en las operaciones de cobertura que últimamente marcaron récords, ya sea en mercados forwards o de futuro, principalmente en maíz.
“Los granos tienen actualmente un buen poder de compra en términos de bienes de consumo y servicios locales. Por caso, en maíz el poder adquisitivo es uno de los más altos de los últimos 10 años. A futuro, distintos factores pueden deteriorar estos precios, dos de ellos (lamentablemente) con una probabilidad de ocurrencia bastante alta: la suba de derechos de exportación (DeX) y un proceso inflacionario en moneda dura”, advirtió IERAL.
En ese sentido, el productor se pregunta a qué precios venderá sus granos en abril o en mayo del 2020, lo cual dependerá de la cotización internacional, las retenciones, el tipo de cambio oficial y el precio de la canasta de bienes y servicios. A eso se le podría agregar la posibilidad- dice la Fundación Mediterránea- una “intervención al mercado de exportación” con cupos o autorizaciones de envíos a través de un funcionario, algo que ocurrió entre 2006 y 2015.
Qué sucede en los mercados
En los mercados de futuros de granos MATBA y ROFEX ya se incorporaron las variables de precios internacionales y DeX en los precios de intercambio. De hecho, la soja mayo 2020 cotiza a un valor cercano a US$ 240/ton y el maíz abril 2020 a US$ 141/ton.
“Los productores pueden congelar estos dos factores operando en este mercado de futuros y también pueden hacerlo vía operaciones en el mercado de forwards. En las últimas semanas, ambos mercados se han mostrado mucho más activos que en años anteriores, particularmente el maíz, lo que refleja un temor (mayor al habitual) a una baja de precios relativos internos en los próximos meses por factores locales (suba de derechos de exportación), considerando que los futuros de precios internacionales no muestran una curva descendente“, analizó el informe.
Y resaltó que, en maíz, se vendieron en operaciones forwards con precio cerrado casi 7 millones de toneladas al 23 de octubre, un volumen que “más que duplica” al de las últimas tres campañas para la misma fecha. Si se suman las operaciones con precio no cerrado pero con alguna cobertura, afirman que las ventas llegan a 11 millones de toneladas.
En el MATBA los movimientos fueron similares, producto de una mayor incertidumbre. De acuerdo a las observaciones del IERAL, se reveló la intención de muchos actores de la cadena de “cubrirse frente a un posible cambio de precios, inducido por nuevas reglas de juego en materia tributaria y/o comercial”.
Allí, el maíz mostró también una alta performance con la cantidad de contratos abiertos (aún no liquidados) a fines de octubre (futuros y opciones), que es la más alta de los últimos años al superar en el 140% la cifra de igual mes de 2018. En tanto, en trigo los contratos abiertos al cierre de octubre se ubicaron por debajo de los récords del año pasado, pero igualmente estuvieron en niveles muy altos y crecieron 24% en el último mes.
Qué pasa con la rentabilidad
Para estimar la rentabilidad agrícola, el IERAL se basó en un establecimiento agrícola de referencia, que compra y vende a precios de mercado y que logra sistemáticamente determinados rindes productivos. Tiene 500 hectáreas, se emplaza en el norte de Córdoba, en Jesús María, produce sobre campo propio y con una tecnología estándar.
Con esos parámetros, el relevamiento indicó que en el ciclo 2019/2020 los márgenes netos disminuirán en relación a 2018/2019, con un posible agravamiento si se diera una mayor presión tributaria.
En ese contexto, el informe reveló que, de todas maneras, el maíz obtendría mejores resultados que la soja.
Por otra parte, adelantó que en una perspectiva más larga, los márgenes podrían ser “similares a los promedio (simple) de últimas 17 campañas si los DEX se mantuviesen sin cambios en el nivel actual”. En cambio, proyectó que si suben los impuestos, los márgenes esperados de la soja caerán por debajo de la media histórica (hasta 25%), mientras que los de maíz lograrán ubicarse por encima o prácticamente en el mismo nivel.