En los últimos 10 años han proliferado múltiples regímenes de información y sistemas de control sobre el productor agropecuario que han incrementado los gastos administrativos y de estructura atentando contra la eficiencia.
El productor comenzó a destinar más tiempo a tareas administrativas que a mejorar su productividad. Asimismo, el sector, a diferencia del resto de la economía, cuenta con registros donde se debe inscribir a fin de no sufrir la retención de la totalidad de impuestos con los consecuentes incrementos de la presión tributaria y el impacto financiero en la empresa.
Muchas veces los productores inscriptos en estos registros sufren la suspensión y luego la exclusión, siendo muy complejo volver a reingresar en el mismo. Recientemente, la AFIP a través de la resolución 3873, ha agregado un nuevo Registro para el productor ganadero, que es de similares características que el registro de granos, con la posibilidad de sufrir retenciones del 5% del valor vendido en caso de no estar en el registro.
A diferencia de otras medidas que afectan al sector, esta nueva imposición no ha sido tratada con los productores que van a ser los fiscalizados, y tampoco parece asegurar una reducción en la evasión. Nuevamente se cae sobre los que están dentro del sistema, solicitándoles que cumplan más controles mientras los que operan en las sombras siguen lucrando ilegalmente.
Desde Confederaciones Rurales Argentinas apostamos al diálogo público y privado para llegar a consensos sobre, por ejemplo, este tipo de medidas y la puesta en marcha de un programa de combate real a la evasión fiscal y sanitaria.
Por Dardo Chiesa, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas