La Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (Atilra) inició los debates en cada seccional para definir si el gremio acepta las paritarias que ofrecen las empresas o si va al paro general.
Con un conflicto que se inició meses atrás y que ya cuenta con varias medidas de fuerza para reclamar mayores subas salariales, ahora los trabajadores del sector lácteo analizan la propuesta, que consiste en un aumento del 13,6% en el básico de julio más una suma fija de $12 mil en tres tramos ($2.000 en agosto, septiembre y octubre y dos cuotas de $3.000 en noviembre y diciembre). Además, se ofrece una revisión en el último mes del año.
“La oferta fue consecuencia del pedido del Ministerio de Trabajo de postergar la negociación del segundo semestre para diciembre, lo que respaldaron los empresarios, pero retrasa otra vez los salarios un semestre más. Las sumas fijas procuraron compensar lo perdido por la falta de actualización de ese período y del semestre julio-diciembre, lo que es del todo insuficiente“, señaló el titular del sindicato, Héctor Ponce.
Ponce aclaró que de no haber acuerdo en las seccionales, se retomará el cese de actividades que se suspendió el 13 de julio pasado por la conciliación obligatoria que dictó el Ejecutivo Nacional.
Es que, de acuerdo a los cálculos del gremialista, el pago de esa suma fija que ofrecen la Cámara de Industria Lechera (CIL) y Apymel no es remunerativo y así se produce el anclaje de la base para discutir a futuro en ese 13,6% de julio.
Asimismo, la propuesta patronal incluyó el aporte de $9.000 en tres cuotas en agosto, septiembre y octubre, por única vez, a la obra social sindical (Ospil) por cada trabajador afiliado, y Ponce aseguró que “es escaso en cantidad y se realizaría por cada trabajador afiliado a la Ospil y no sobre cada operario comprendido en el Convenio Colectivo Laboral 2/88, ya que se trata de un sistema solidario de salud”.