En cuanto al valor de la tonelada, en el primer semestre de 2003 se exportaron 20.219 toneladas por u$s 23,2 millones, cuando en igual período de 2006 se vendieron 19.303 toneladas por u$s 39,3 millones. El valor por tonelada se incrementó el 78% y pasó de u$s 1.147,5 en 2003 a u$s 2.036 en 2006.
Sin embargo, este valor está por debajo de los 2.480 u$s/t que surge del promedio del comercio mundial de esta carne.
La Argentina concentra el 25% de este comercio que es de 145.000 toneladas por u$s 360 millones. En valor la participación de la Argentina es del 18%.
Los segundos exportadores mundiales son Estados Unidos, que en 2005 exportaron 12.000 toneladas por u$s 47,5 millones y Canadá, que negoció el mismo volumen por u$s 40 millones.
Rusia es el primer destino de la carne equina argentina. Entre enero y julio de este año compró 9.805 toneladas por u$s 15 millones. En 2005 adquirió 16.033 toneladas por un valor de u$s 19,8 millones, es decir, el 45% del total.
El segundo destino es Holanda, que en los primeros siete meses de 2006 compró 4.781 toneladas por u$s 12,6 millones. En 2005 llevó 8.222 toneladas por u$s 19,3 millones, el 30%. En tercer lugar está Francia que adquirió 3.030 toneladas por u$s 8.982 en 2006, mientras que el año pasado compró 4.833 toneladas por u$s 14,6 millones, el 14% de lo exportado.
Los cortes más demandados son los del cuarto delantero y la nalga de afuera. En los primeros siete meses de 2006 Rusia compró 5.534 toneladas del cuarto delantero por u$s 8.033 millones. Francia llevó 1.937 toneladas de la nagla de afuera y Francia otras 1.277 por u$s 1.080 millones.
Estos tres países son los principales importadores mundiales. En 2005 Bélgica compró por 33 mil toneladas y u$s 91,6 millones; Francia 27 mil toneladas por u$s 109,4 millones y Rusia 24 mil toneladas por u$s 27,4 millones.
En la Argentina la faena equina está concentrada en cuatro frigoríficos. En 2005 el volumen fue de 209.400 animales. El frigorífico Lamar en Trenque Lauqen, provincia de Buenos Aires, se quedó con el 32% ya que faenó 68.159 animales, el frigorífico Aimar (Río Cuarto, Córdoba) faenó 51.716, el 25%, Indio Pampa (Mercedes, Buenos Aires) y el frigorífico equino Gualeguaychú (Entre Ríos) faenaron 41.500 (20%) cabezas cada uno.
Según la Sagpya el rodeo es de 3,6 millones de cabezas. En la provincia de Buenos Aires hay 756.000 animales, el 21% del stock nacional, le sigue Corrientes con 98.300 cabezas (13%) y Córdoba con 75.600 caballos (10%).
Los caballos que se destinan a faena son los que ya no tienen utilidad, que en la jerga de la actividad se denominan “tacho”.
En la cadena de comercialización el segundo eslabón es el “tachero”, que se encarga de acopiar animales en su campo previo al envío al frigorífico una vez que completa una jaula.
El precio por kilo vivo se fija de acuerdo a las condiciones físicas del animal y al kilaje.
La industria prefiere los que superan los 400 kilos. Cuanto más pesados sean, más valen ya que así el frigorífico se asegura más kilos por res y porque los países importadores prefieren cortes grandes. Los precios por kilo vivo son: en la categoría de 370 a 420 kilos, $ 1,50; cuando pesan entre 420 y 450 kilos es $ 1,70; entre 450 y 500 kilos es $1,80 y arriba de los 500 kilos es $ 1,90. Esto significa que un caballo de 500 kilos vale $ 950. Los rendimientos al gancho van del 52 al 54%, por lo tanto, una res de un caballo de 500 kilos pesa 270 kilos. El valor del kilo de carne al gancho ronda los $ 4 mientras que, por cada kilo exportado, el frigorífico recibe $ 6,10 con un valor por tonelada de u$s 2.036.
Uno de los productores consultados señaló que: âEl precio debería estar en $ 2,50, que es el valor internacional. En Argentina es bajo porque la demanda está concentrada en pocos frigoríficos exportadoresâ.
La venta se realiza necesariamente a través de los “tacheros”. si un productor quiere vender en forma directa al frigorífico, este le oferta un valor menor al que pagan los intermediarios, ya que de este modo se garantiza la existencia de estos operadores que le aseguran el abastecimiento constante.
En cuanto a las condiciones de comercialización, la mayoría se hace de contado y el animal que va a faena debe ser marcado a fuego con una “F”. En caso de que tenga otro destino debe ir acompañado por la documentación que certifica que son animales libres de anemia y que están vacunados influenza equina y encéfalo mielitis.
