CropLife Latin America es una organización gremial internacional que representa a la “Industria de la Ciencia de los Cultivos”. Investiga y desarrolla agrotecnologías que ayudan a los productores agropecuarios a mejorar la eficiencia en la producción de cultivos para la seguridad alimentaria.
En esta oportunidad, Infocampo trae el siguiente material para todos los interesados en conocer esta plaga, a través de la Ing. Agr. Jorgelina Lezaun, Agribusiness & Marketing Consultant South America Region.
Su trabajo recopilo información de muchas fuente, en especial del INTA. A continuación, las claves de esta plaga: su distribución, daños en el cultivo y medidas de control y prevención.
Distribución geográfica
Spodoptera frugiperda es una especie nativa de occidente con amplia distribución geográfica, desde Argentina y Chile, hasta el sur de Estados Unidos.
Se conoce vulgarmente como “gusano o isoca cogollera”, por su acción en el cogollo de la planta, ó “oruga militar tardía” ya que, si el alimento se hace escaso, las larvas se trasladan a otros cultivos desplazándose en masa como un “regimiento” causando distintos daños.
Lo que más se destaca, es que se trata de una plaga polífaga que causa severas pérdidas si no se controla oportunamente. Pueden causar daños económicos anualmente porque está presente durante todo el ciclo de los cultivos.
Las numerosas pérdidas causadas por Spodoptera frugiperda se deben a su poder de adaptación a diferentes condiciones lo cual ha permitido que su distribución geográfica sea amplia. Aseguran que en regiones tropicales y subtropicales los daños regularmente son superiores a 60%.
En Argentina esta plaga ha incrementado sus densidades poblacionales en los últimos años, con creciente impacto sobre maíz y sorgo.
En cuanto al cultivo de maíz, los ataques más severos se presentan durante la fase vegetativa inicial del desarrollo de las plantas, por lo general 30 días después de la siembra y pueden llegar a ocasionar pérdidas en el rendimiento de un 30 a un 64 %, por esto demanda aplicaciones químicas para su control, incrementando los costos de producción.
La oruga militar tardía
El gusano cogollero selecciona hojas y brotes tiernos, especialmente de los cogollos para alimentarse, convirtiéndose en un masticador del tejido vegetal.
En el estado de plántulas, puede causar la defoliación completa y además dañar el meristema apical en desarrollo. Asimismo, la disminución de rendimiento en grano causada por la defoliación queda condicionada a la cantidad de área foliar destruida y la etapa de desarrollo del cultivo en que esta ocurra.
Sin embargo, indicaron que el mayor impacto de la plaga sucede cuando la defoliación se presenta en etapas vegetativas avanzadas y en las etapas reproductivas.
En zona núcleo de Argentina, aproximadamente el 45% del total del área cultivada de maíz, se siembra tardíamente (entre noviembre a principios de enero) a fin de obtener una mayor disponibilidad hídrica en el momento de mayores requerimientos (15 días alrededor de floración) hecho que incrementa la producción de grano en promedio en 15%.
Pero esta tendencia de siembra, trae aparejada una mayor incidencia de la plaga, por lo cual es imperativo defender ese mayor rendimiento potencial con prácticas oportunas de monitoreo y control químico.
Daños que genera la oruga militar tardía
La oruga militar tardía puede atacar al maíz desde su germinación hasta la madurez del cultivo. Los daños más importantes se producen desde los primeros estados vegetativos, aunque también en estados más avanzados atacan las panojas de maíz y sorgo, así como fundamentalmente las espigas del primero, generalmente en su base y parte media.
En etapas de implantación, la plaga actúa como cortadora, cuando el barbecho previo se mantuvo sucio, con predominancia de malezas gramíneas. Con cultivo emergido, tiene preferencia por el cogollo de maíz. En este caso las plantas dañadas se recuperan pero sufren un considerable atraso.
Como paso previo a perforar el cogollo, daña las hojas con distinta intensidad en función del
desarrollo de su aparato bucal.
La cuantificación del daño de Spodoptera frugiperda depende del nivel de infestación y el estado fenológico del cultivo, pudiendo oscilar el Umbral Económico entre 10 y 50 % de plantas infestadas (Andrews, 1988, 1989, King y Saunders, 1984).
La Sección Entomología del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria -INTA Pergamino- Argentina estableció una escala de daños/grados:
Grado 1: sólo roen la epidermis de las hojas sin perforarlas, dejando manchas translúcidas conocidas como “ventanitas”.
Grado 2: la defoliación de hojas es moderada y se comienza a observar presencia de aserrín o excrementos.
Grado 3: los daños en el cogollo intenso y comprometen a la planta; se observan larvas grandes y gran cantidad de excrementos. Consumen la lámina foliar produciendo perforaciones irregulares, y se dirigen hacia el cogollo, para alimentarse y protegerse.
El verdadero daño que produce en el cogollo es al momento de penetrarlo.
Hasta el estado de 4 hojas, come hojas haciendo daños intensos, pero sin llegar a matar la planta, ya que el ápice o meristema de crecimiento se encuentra debajo del nivel del suelo, pero entre 4ta. y 6ta. hoja la isoca se alimenta del primordio apical y la planta muere.
En años de altas infestaciones tardías puede dañar la espiga.
¿Cuáles son las alternativas del control y manejo de esta plaga?
Los ataques de Spodoptera frugiperda se pueden controlar sin inconvenientes. La mejor herramienta es el monitoreo, y la criteriosa aplicación de fitosanitarios según los niveles de daño económico.
En Argentina el Sistema de Alerta de Plagas – Servicio Técnico – INTA Pergamino sugiere:
“Para el manejo exitoso de cogollera sobre gramíneas, resulta clave tomar decisiones antes que la misma se proteja, tanto por profundizarse en el cogollo como por introducirse en la espiga, según el estado en el que se encuentre el maíz”.
Posturas de huevos de cogollera
Escala de Daños de Cogollera (en vegetativo):
0 = Sin daños
1 = Daños leves en el parénquima de la hoja sin perforarla (ventanita de roído). Momento óptimo de control
2 = Daños moderados de defoliación en el cogollo (inicio presencia “aserrín”)
3 = Daños intensos en cogollo que comprometen a la planta, larvas grandes y muy
profundizadas (gran cantidad de “aserrín” actuando como tapón ‐sobre larva) 2
Daño grado 1:
Este es el estado para hacer el control, y es óptimo porque la larva de cogollera está expuesta, o sea todavía no profundizada dentro del cogollo, y por lo tanto será fácil de contactar y controlar. Pero también éste es el estado que la mayoría de los usuarios “no detecta”, porque en general no está el hábito de recorrer los maíces una vez por semana; si estuviera incorporado el monitoreo en maíz como en soja, una vez por semana, este daño se detectaría sin problemas, y tampoco habría problemas de control.
Este daño grado 1 se caracteriza por aparecer apenas unas “ventanitas” en las hojas de algunas plantas (comido el parénquima sin llegar a perforar la lámina de la hoja). Dichas ventanitas son producto de la ingesta de larvitas recién nacidas (L1 y L2); y lo importante es que estas ventanitas están indicando que las pequeñas larvitas están “expuestas” al insecticida que se aplique.
Daño inicial de cogollera “ventanitas”
Por ende, el uso de cualquier piretroide a las dosis correctas, o un regulador del crecimiento (IGR) o un carbámico (generalmente presentan cierta acción ovicida sobre cogollera, lo cual es importante porque si hay larvas L 1 y 2 muy probablemente también haya posturas), o estos últimos en mezcla, permitirán un eficiente control del problema, siempre que la aplicación se realice al estado de grado de daño 1, daño de ventanitas en hojas.
Daño grado 3:
Es el estado que la gran mayoría detecta, cuando ya hay graves daños y un problema difícil de solucionar e incluso irreversible. Hay daños muy importantes en hojas y cogollo, las larvas ya medianas y grandes están profundizadas en el cogollo y tienen muy alta ingesta, hay una gran cantidad de “aserrín”, excrementos que actúan como tapón, debajo del cual y bien profundizada se ubican las larvas. Muy difícil de llegarle con una aplicación de cualquier insecticida, ya sea sistémico, de acción translaminar o tensión de vapor, no se logra eficiencia de control.
En todos los casos es sugerido agregar dosis correctas de aceite a la aplicación, ya sea terrestre como aérea, y en aplicaciones terrestres resultará fundamental usar picos cono hueco, presión algo superior a lo normal y lograr gotas finas.
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