A finales de la última semana, el presidente Donald Trump y el secretario de Agricultura de los Estados Unidos, Sonny Perdue, anunciaron formalmente un plan de asistencia para el sector agropecuario por 14 billones de dólares y destinado a los productores agrícolas, que continúan enfrentando interrupciones del mercado y costos asociados por el COVID-19.
La inscripción al “Programa de Asistencia Alimentaria para el Coronavirus (CFAP 2)” comienza este lunes y se extenderá hasta el 11 de diciembre de este año, detalló la agencia internacional de noticias Reuters. La asistencia está destinada a productores de maíz, soja y trigo, así como de carne, leche y tabaco.
El anuncio se realizó en un encuentro en la estado de Wisconsin, un lugar crucial en la carrera presidencial de Trump y en clara señal para llegar a los agricultores que lo apoyaron ampliamente en el año 2016.
Asimismo, el nuevo paquete económico tiene la particularidad de que será financiado, en gran parte, por el “Commodity Credit Corp”, un programa de la era de la Depresión, y cuyos fondos no necesitan ser aprobados por el congreso norteamericano.
Los 14 billones de dólares hacen a un segundo programa de ayuda, siguiendo a otro que había sido puesto en marcha en abril, por 19 billones. De este primer plan, hasta ahora, se pagaron menos de 10 billones de dólares.
Luego del anuncio, Trump recibió algunas críticas. “Una vez más, la administración Trump está canalizando demasiado dinero a los agricultores que no lo necesitan“, afirmó a Reuters Scott Faber, vicepresidente senior de asuntos gubernamentales del Grupo de Trabajo Ambiental.
Muy molesto, agregó que, “la única explicación plausible es que representa una compra de votos pasada de moda”.