Tras la suspensión del mercado Brasilero para peras y manzanas, Senasa mantuvo una serie de reuniones para lograr su reapertura. Finalmente, este miércoles, dos acontecimientos le ponen el punto final al acuerdo y Río Negro puede volver a exportar a Brasil.
Las autoridades brasileras detectaron semanas atrás, varios cargamentos de frutas con presencia de Carpocapsa, lo que complicó el comercio bilateral entre la Argentina y Brasil. En el día de ayer, dos acontecimientos pusieron fin al conflicto. Por un lado, terminó la primer cuarentena y en segundo lugar, culminó la auditoria que una misión técnico sanitaria del pais vecino, realizó sobre la cadena productiva en el valle.
Respecto a la cuarentena, la misma se aplicó sobre las peras Packham´s y D’Anjou que fueron mantenidas durante 40 días en cámaras de frío. “La larva con el frío muere” señalo a Télam el secretario de Fruticultura de Río Negro, Carlos Banacloy y aseguró que con la implementación de esta técnica “el riesgo de presencia de la plaga es mínimo”.
El otro acontecimiento de relevancia es la culminación, en el día de ayer, de la auditoria sanitaria iniciada la semana pasada en Río Negro, donde una misión técnico sanitaria brasileña analizó las medidas de fiscalización adoptadas para la detección temprana.
“Se verificó la implementación de la medidas adicionales que fueron tomadas en la actual temporada, en el marco d(SMR)”, aclararon las fuentes.
“Se presentó la manera que se trabaja en el el Sistema de Mitigación de Riesgos , con intensificación de controles en cortes de empaque y en báscula, para que ellos lo evalúen y así nos anticipamos a mostrarles cómo será en la temporada siguiente” explicó Banacloy.
Durante la recorrida por los establecimientos donde se detectó la plaga, la comitiva brasileña hizo foco en el Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (Renspa), visitó los empaques regionales y verificó que se cumpla con el Plan de Trabajo “en término de corte y habilitación de lotes y tareas de pre embarque”, agregaron las fuentes.
También se analizó el Sistema Integrado de Gestión de Trazabilidad Frutícola (Sigtraza), donde se detectó la plaga, y las medidas que se tomaron al respecto; en ese marco, se solicitó la documentación de respaldo.
El año pasado la Secretaría de Agroindustria relevó más de 33.000 hectáreas y detectó que había 10% de chacras con montes frutales abandonados con más de tres años sin trabajo cultural, “ese es el sector que más presión realiza sobre el resto del valle”, señaló Banacloy.