En los últimos años, los consumidores de alimentos a nivel global quieren conocer todo el proceso que lleva la comida a sus platos, desde el campo a la góndola. ¿Qué les preocupa? Que el proceso cuente con trazabilidad en todas sus etapas y se garantice que la producción cuide el impacto ambiental.
De allí que la mesa está servida para el desafío: producir alimentos de calidad, sin perjuicio en los ecosistemas, pero cuidando al máximo todos los eslabones del negocio.
En el marco de una jornada organizada por la firma Auravant, el “Auravant Day”, referentes de empresas vinculadas a la producción de alimentos analizaron este nuevo perfil de consumidor, sus exigencias y su impacto en todos los eslabones de la cadena.
LA SUSTENTABILIDAD EN EL CAMPO
“El pensamiento positivo hacia el cuidado del medio ambiente empezó de manera incipiente con lo que era la responsabilidad social empresaria y a medida que se internalizó el concepto de sustentabilidad, fue tomando valor”, explicó Tirso Gómez Brumana, Líder de Asuntos Públicos y Sostenibilidad de la multinacional Mondelez.
La empresa está presente en 150 países y en Argentina, su portfolio incluye marcas como Oreo, Cadbury y Terrabusi, entre otras.
Bruno Pescarmona, gerente de I+D Agrícola y Sustentabilidad para Agronegocios en Grupo Arcor, sumó la visión de la empresa, a partir del recuerdo por el paso de las aulas de la facultad de Agronomía.
“En lo ambiental y social, nos dábamos cuenta que cuando salimos a la calle, era poco lo que teníamos para relacionarlos con la gente”, sostuvo. Y agregó: “Esto se ha ido modificando y tanto en la agricultura intensiva como extensiva cambiaron las exigencias”.
CUIDADO DEL AMBIENTE
Ariadna Socca, responsable de Calidad y Desarrollo Sostenible en la Cooperativa Agrícola Los Molinos, recordó una charla que organizaron sobre Desarrollo Sostenible en ccoperativas hace 13 años, que marcó un punto de quiebre en la percepción sobre el tema.
“En otra conferencia en 2012 de la Universidad Austral, que hablaba sobre el perfil del consumidor en Estados Unidos, nos explicaron que ellos ya querían conocer de dónde venían los alimentos, que hay detrás de las empresas y el campo y nos decían que este nuevo tipo de consumidor iba a crecer” recordó.
🗣️ “El gran desafío que todos tenemos que enfrentar es comenzar a pensar de forma #sustentable en todas las acciones que hagamos de acá en adelante” comenta @bpescarmona en el #AuravantDay2023
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— Auravant (@auravant) July 6, 2023
DEMANDA DE LOS CONSUMIDORES
Los referentes coincidieron en remarcar que los consumidores elevaron sus niveles de exigencias, aunque hubo algunas discrepancias al momento de evaluar si en Argentina existe la intención de pagar un plus para que los alimentos sumen mayor trazabilidad y sustentabilidad.
Gómez Brumana consideró que a nivel global, “existe una conciencia más fuerte en sostenibilidad, que atraviesa todo y abarca aspectos sociales, productivos y ambientales”. En este punto, estimó que un 50% de los consumidores argentinos “estarían dispuestos a pagar más por atributos de sostenibilidad”.
Pescarmona afirmó que el público necesita información y transparencia sobre cómo se fabricó el alimento que llegó a su mesa. “Estamos ante un consumidor inteligente, que reclama cuando algo no le gusta, hay que estar alertas y percibir todos los reclamos”.
El directivo sostuvo que en el contexto de una economía nacional complicada, la decisión de gastar más por valor agregado es compleja. “Se valora la marca, pero no se si está dispuesto a pagar mucho más, a nivel regional y mundial es distinto”, analizó.
INVERTIR PARA SER SOSTENIBLES
Para los tres directivos, la decisión empresarial de ser sostenibles es un camino que las empresas ya comenzaron a recorrer. “No se discute, las cosas hay que hacerlas bien por convicción y pensando en las futuras generaciones. Además, cuando incorporás hábitos, es mas simple contagiar y replicar en los productores”, explicó Socca.
Para Pescarmona, se trata de no perder pisada a los desafíos que plantea la alimentación en este contexto: el crecimiento de la población mundial y respetar los límites del planeta, entre otros. “No es solo cambio climático, hay otras variables para monitorear”, argumentó.
La educación de los consumidores es otro factor a tener en cuenta, y permitirá completar el proceso iniciado en el campo y luego en la industria. “Hay que compartir información y transparencia y en temas como el reciclado, más allá de lo que hagan las empresas el rol de consumidor es fundamental”, concluyó Gómez Brumana