“De mi trabajo disfruto mucho los días de presentaciones, que son los de más adrenalina, pero los más gratificantes. Y mi tarea en pos de la diversidad de género. tanto dentro de la compañía como en la industria en general”.
Así se expresa María Soledad Bereciartúa, licenciada en Comunicación Social, directora de Comunicación y Prensa de Stellantis Argentina, a cargo de las marcas Peugeot, Citróen, DS, Fiat, Jeep y RAM, protagonista de otro capítulo de la seria de podcast ELLAS.
Otra de las cosas que más disfruta son los workshops que organiza desde 2018 con WOS (Women of Stellantis), en los que ofrecen una capacitación teórico-práctica para enseñarles a mujeres cuestiones básicas sobre el mantenimiento de su auto.
“Me llena el alma ayudar a mujeres, empoderarlas y que sepan que pueden cambiar una cubierta y otras cuestiones”, remarca. También forma parte de red de Mujeres de la Industria Automotriz Argentina (MIAA).
Soledad es rosarina de nacimiento, con pasado familiar relacionado al campo: en Ordoñez, un pueblito cordobés de raigambre agropacuaria, cerca de Monte Buey, al sur de Villa María, nació su padre y sus abuelos vivieron toda la vida, donde tenían incluso una quesería.
Su carrera en la comunicación automotriz comenzó en 2001: durante 10 años fue conductora del programa “Crash Test” y al mismo tiempo responsable de prensa del Centro de Experimentación y Seguridad Vial (CESVI) Argentina. En 2011 entró a Citroën como jefa de prensa y desde entonces nunca paró.
– ¿Qué te gusta de los autos? ¿Te gustaban de chiquita o fue algo con lo que te apasionaste de grande?
– Honestamente, de chiquita no me interesaban los autos. De hecho, cuando en el año 2000 me vine a Buenos Aires, trabajé unos meses en una agencia de comunicación, pero mi objetivo era trabajar en la tele. En aquel momento no existía la búsqueda on line, buscaba en los diarios los domingos y encontré una búsqueda para un programa de cable, no decían el rubro, tampoco si necesitaban conductor o conductora. Después de perderme llegué tarde, tuve que tomar tren, subte, colectivo, pero llegué. Adelante mío tenía 60 hombres esperando para hacer el casting. Era en un colegio. Pensé, ¡me confundí de rubro! Me estaba yendo, agarré la cartera y me iba. Justo abre la puerta el que era el director del programa, que estaba haciendo el casting y me dice que me quede. Yo le dije, “evidentemente me confundí, no sabía que era un programa de autos, me voy”. El me invitó a quedarme y probar igual. En ese momento no había conductoras mujeres en programas de autos. Y bueno, me quedé. Hice el casting, y como él tenía en mente contratar un hombre pero le gustó el casting que hice, contrató una dupla. Y así hicimos 10 años la conducción de Crash Test. Y como yo era Licenciada en Comunicación me llamaron para hacerme cargo del área de comunicación, que hasta entonces no existía.
– Ahí arrancó tu derrotero en el mundo de los automóviles…
-Sí, porque fueron 10 años en los que las empresas nos convocaban para poder estar en el programa y todo eso. Medio que no me quedó otra que empezar a enamorarme de los autos, que era mi día a día. Por supuesto que la seguridad vial que la trabajaba dentro de CESVI me apasionó muchísimo. Y de autos fui aprendiendo, y fui sabiendo qué elegir de un auto y qué no. Qué tener en cuenta al momento de comprarse un auto, y eso.
-Las vueltas de la vida, como las de los autos: si esa persona no hubiera salido o si te hubieras ido antes, no hubieras hecho toda esta carrera de más de 20 años…
-Tuve suerte, sí, es verdad, pero también fue quedarme. Porque quizás otra mujer se hubiera ido, porque era mucho, eran todos hombres, te puede dar miedo, inseguridad de hablar de autos. Es también confiar en lo que uno puede dar, que puede aprender y meterle para adelante.
-Antes de seguir, volvamos un poco hacia atrás. Naciste en Rosario, pero yendo bastante al campo en Ordóñez. ¿Qué te acordás de aquellos tiempos?
-Tengo muchas historias. Mi papá se encarga de recordarnos también varias de esas historias. Los Bereciartúa somos muchos. Están los de Buenos Aires, hay muchos, y famosos, rockeros, no son nada mío. Pero los de Rosario, son todos los que pasaron por Ordoñez. Mis abuelos fueron de los últimos que llegaron, sus hermanos habían llegado más temprano. Pero en definitiva siempre tuvimos en la mente los recuerdos de sus historias en el campo. Más allá de lo que haya vivido, visitas a la casa de mis abuelos, con mis primos, no conocía tanto de campo, pero me gustaba ver cómo trabajaba con los animales, cómo llegaron a tener la quesería. Y hace dos años decidimos, después de mucho tiempo de organización, volver todos los de la familia a Ordoñez. Imaginate que mi abuelo fue intendente muchos años. Entonces el apellido Bereciartúa es muy fuerte en el pueblo. Llenamos un micro de larga distancia todos, con mis primos, mis sobrinos, mis tíos y fue una experiencia hermosa. La quesería seguía estando en el mismo lugar, no es más de los Bereciartúa, y estuvimos en la escuela donde fue mi papá. Tengo una foto de mis sobrinos y mis hijos en el aula donde mi papá había cursado. Y no parábamos de llorar, fue super emocionante. Y plantamos un árbol de Guernica. Bereciartúa es un apellido vasco y esa especie es muy característica de Euskadi. Fue todo muy emocionante.
-Creciste, llegó el momento de decidir qué estudiar y surgió Comunicación. ¿Tenías un plan B?
-Eso sí lo tuve desde chica, siempre fui bastante caradura, mucha oratoria, me gustaba hablar en los actos. Algo tenía. Y en el momento de anotarme en la universidad me anoté en tres carreras: abogacía, trabajo social y comunicación social. Abogacía era la que menos me cerraba. Hice tres meses y la primera que dejé fue abogacía, y honestamente si hubiera tenido un plan b, hubiera sido trabajo social, porque está vinculada a algo que me gusta mucho que es la solidaridad. Siempre trato de ayudar a las personas desde el lugar que pueda. Siempre hice voluntariados en mi vida. Pero comunicación social fue sin dudas mi carrera. Amé estudiarla en la UNR. Fue una carrera hermosa.
– ¿Por qué te viniste a Buenos Aires?
-Es que en Rosario había dos canales de aire, el 3 y el 5. Y los conductores estaban hace mil años y no iban a cambiar. Y a mí me gustaba Buenos Aires. Sumado a eso, tres meses antes de tomar la decisión, ya recibida, me puse de novia con mi actual marido que era de Buenos Aires y fue el broche de oro para venirme.
-Ahí trabajaste en la agencia de comunicación, después en lo de CESVI y después con Guillermo Andino…
-Sí, como co-conductora, en un programa que se llamaba “Andino y el país”. Me encantó hacerlo porque iba a cubrir todo el tiempo notas de solidaridad. Me llenó el alma. Lloré en muchas notas porque era fuertísimo lo que vivíamos. Ir a lugares carenciados, vincularlo con organizaciones o fundaciones, comedores, juntar donaciones, empresas y sus acciones de RSE. Me encantó hacer ese programa. Eso fue dos años. En ese momento vino Valentina Solari que me conocía de mi trabajo en CESVI y me dijo que ella cambiaba de jefa de prensa a directora de comunicación de Citroen y quería que fuera a ocupar su lugar. Yo la verdad estaba muy bien en el programa. No me quería ir. Pero bueno, después de mucha charla y muchos cafés durante tres meses, me convenció. Eso fue a principios de 2011.
–¿Qué te enamora de lo que hacés hoy?
-Lo que más me enamora son los días de lanzamiento. Es cuando más sobre carga de laburo tenés, pero me encanta esa adrenalina de tener que armar todo y después contarlo, mostrarlo, hacer una nota, eso es lo que más me gusta. Hoy en el puesto de Directora de Comunicación no lo estoy haciendo tanto. Tenemos muchos voceros en la empresa entonces le doy lugar a cada vocero de cada marca y no estoy dando tantas notas como hacía antes, me gustaría retomarlo, pero la adrenalina de un lanzamiento me encanta. Y otra cosa que me apasiona, y es absolutamente voluntaria, es trabajar en WOS, Women of Stellantis, en pos de la diversidad de género dentro de la compañía y hacia afuera también. Me hacen muy feliz los workshop que desde 2018 creé yo y son teórico-prácticos para mujeres donde les enseñamos a mantener su auto: cambiar un neumático, controlar estado de los fluidos, de los neumáticos, de qué manera estivar los bolsos y bultos en el baúl, la posición correcta de manejo, etc. Ese workshop que sé que todas las mujeres que van de las distintas marcas me lo agradecen, me llena el alma. Termino de hacerlo y siento que pude ayudar a una mujer más a empoderarla, a hacerle saber que ella puede sola con todo esto, que no necesita de un hombre para lograrlo.
-Tanto en WOS como en la red de Mujeres de la Industria Automotriz Argentina (MIAA), ¿qué objetivos tienen? ¿Cómo es la dinámica de funcionamiento?
-Los objetivos WOS son varios. Por un lado, contar con más mujeres en la compañía. Porque yo trabajo en el área comercial, ahí sí somos parejos. Pero vas a la planta y son la gran minoría. Necesitamos más mujeres en la línea de producción, más mujeres adentro de la industria automotriz, que las que están puedan tener una proyección de carrera, que sepan que pueden llegar a ser directoras y líderes dentro de las compañías. Porque lo que está muy atrasado en la industria automotriz de la región es que no llegamos a puestos de liderazgo. Y las que llegamos, en mi caso hace muy poquito soy directora, peleé mucho por este puesto, generalmente no estamos en puestos clave del negocio. También necesitamos mujeres en la toma de decisiones, el negocio. Porque está comprobado a nivel mundial, en Europa y Estados Unidos lo tienen estudiado, que con diversidad de género en la cúpula, en la toma de decisiones de cualquier compañía se logran mejores resultados, económicos, financieros, productivos. Incluso, en Europa y Estados Unidos, dicen que en el primer año se logra hasta un 20 por ciento de mejores resultados. Incluso, no importan los porcentajes. Tendría que ser algo obvio. Si la población mundial es mitad y mitad, entonces ¿por qué no las mujeres no pueden llegar a puestos de liderazgo? Entonces, el objetivo es que haya más, que puedan tener proyección y que se sientan incluidas en la compañía. Porque he escuchado a muchas que están, pero porque se bancan muchas. No se sienten incluidas. Y sufren todavía de algunos hombres algunas situaciones aún hoy en 2024.
– ¿Y en MIAA?
-Que yo sepa, es el único país, Argentina, donde logramos hacer esta asociación. Le he propuesto a mis colegas de Brasil que se junten con las otras marcas, entre todas, porque nos cuesta un montón. En MIAA nos compartimos objetivos, ideas, acciones, speakers. No se nace sabiendo cómo trabajar con la diversidad de género. Y vamos aprendiendo día a día. En esto no somos competencia. Somos un equipos de todas las marcas. Recomiendo a otros países que lo hagan, y a otras industrias. Porque se ha avanzado mucho pero falta mucho también y está bueno poder pelear juntas.
-¿Creés que puede tener que ver también con una cuestión generacional? Los más jóvenes vienen ya con otro chip
-Por supuesto que tenes siempre excepciones. Pero sin dudas es un tema generacional. De la sociedad, ya no de la industria. De hecho, hay muchas mujeres que tiran para atrás. Que me han dicho que no quieren ser directoras porque sienten que no van a poder con todo, con la casa, los hijos… claro, pero eso es porque la sociedad planteó en algún momento que quien se tiene que ocupar de los chicos y la casa es la mujer. Pero no es así. En la empresa y en la casa tiene que ser una dupla que trabaje en equipo. ¿Por qué la mujer se tiene que hacer cargo? Las veces que me ha tocado viajar, generalmente con hombres, a la única que le preguntan con quien dejó a los chicos los tres días de viaje es a mí. Entonces, en realidad, desde muchos lugares hay que cambiar la sociedad. Obviamente que va a costar. ONU Mujeres te dice que si no trabajamos duro ahora, para que naturalmente todo esto cambie, faltan 250 años. O sea, no voy a llegar a verlo ni yo, ni mi hija, ni mi nieta pero hay que empezar ahora. Yo sorteé muchas complicaciones al principio. Imaginate que era la primera mujer que viajaba a eventos de autos repletos de hombres, colegas que en muchos casos me daban vuelta la cara. Y muchas veces no la pasé bien. Pero la remé. Y llegué. Pero no fue fácil.
FUERA DEL SURCO
-Hay alguna actividad fuera de lo laboral que te resetee, que te cambie la bocha…
-Lo que me saca del estrés laboral es salir a pasear, sea salir a comer o irme de vacaciones. La paso muy bien, me río y lo necesito. Me llamo Soledad, pero odio la soledad. No me gusta estar sola.
-Cuando escuchás música, ¿por dónde vas?
-Soy media melanco (se ríe). Si voy en el auto sola, pongo radio, soy de la vieja escuela. Prefiero escuchar gente que me habla y no música. Pero si pongo música escucho Luis Miguel, Arjona, ya sé que me van a salir a matar… Maná, Cheyenne, Coti
-No sé si te gusta cocinar. Si sí o si no, ¿hay algo en lo que digas: “con esto no fallo”?
-No sé cocinar, soy un desastre. En mi casa cocina mi marido. El también labura un montón, llega más tarde que yo, pero lo esperamos a él para que cocine. Hoy hago mucho home office, entonces si no me cocino al mediodía no como. Y me estoy cuidando bastante y aprendí unas recetas que me hago. Pero si hubo algo en la vida que me han dicho varios “el tuyo fue el mejor que comí” es la chocotorta… una pavada, pero me han dicho muchas veces que la mía es la más rica que han probado.
-¿Series, películas?
-Soy super fanática de las series. Me gustan mucho las españolas. Que tenga suspenso, pero las románticas son las que más me pueden. Todo lo que tenga que ver con hacer sufrir, disparos, etc, no, no va, ya bastante tenemos con la vida misma. Quiero cosas lindas, de amor.
-¿Tu desayuno?
-Amo el desayuno. Es la comida que más disfruto del día. Puedo saltear la merienda, pero el desayuno es clave. Eternamente, café con leche con tostadas. Ahora, que estoy haciendo esta dieta, aprendí a hacerme pancakes sin harina. Me salen muy ricos. Arriba le pongo queso untable y frutas. Pueden ser frutos rojos, bananas, manzanas. Y son muy ricos. Me da placer hacerlos y comerlo. También puede ser huevo revuelto con jamón y queso.
-La última pregunta, ¿tenés alguna frase de cabecera?
-Soy de decir bastantes frases. Pero la que elijo es “persevera y triunfarás”. Es clave si uno quiere algo en la vida no darte por vencido porque se te interponga algo. Hay que trabajar duro, con humildad, con pasión, Y las cosas se van a ir logrando. Lograr hacer lo que uno quería es clave para poder seguir avanzando. Creer que puedo e ir por más.
MUJERES EN CAMPAÑA
“ELLAS” es una serie de podcasts realizados por Infocampo con mujeres de campo que inspiran por su historia emprendedora, y que cuenta con el acompañamiento de “Mujeres en Campaña”, una iniciativa de New Holland Agriculture que ya tiene un camino recorrido y embajadoras de distintos lugares del país.
La Iniciativa Mujeres en Campaña (MEC) surgió cuando comenzamos a notar que existen muchas mujeres involucradas en el campo con grandes capacidades y que todas teníamos algo en común: la necesidad de compartir experiencias vinculadas al campo y al trabajo rural, nuestro principal objetivo es visibilizar el rol de la mujer rural en cualquiera de sus tareas sea como cliente o como una referente para el sector”, señaló Natalia Álvarez, referente de Marketing New Holland Argentina.
Desde “Mujeres en Campaña” desarrollaron el concepto de “embajadoras” que permite conocer un poco más de cada una en su rubro y, a su vez, difundir cómo trabajan y cómo se sienten.
El objetivo de este maridaje entre ELLAS y Mujeres en Campaña es llegar a mujeres de distintas edades y distintas zonas geográficas. “Nos enorgullece cuando un padre nos comenta que le recomendó a su hija inscribirse en nuestra plataforma para capacitarse y realizar algún curso de los que ofrecemos”, agregó Álvarez.
Desde la plataforma de MEC, se puede acceder a capacitaciones, foros, talleres, entrevistas y contenido de interés, además, cuenta con una Feria de Emprendedoras para dar a conocer los proyectos que lideran las seguidoras.
