En el país hay 15 millones de hectáreas con un solo cultivo, con las misma plagas, lo que trae aparejado un creciente problema de enfermedades cuyos inóculos están en los rastrojos”
Leiva señaló que en los problema fitosanitarios, como son las enfermedades, hay tres elementos básicos en los cuales los productores deben tener mayor injerencias: 1) monitoreo del problema (que alguien revise el lote y que técnicamente determine cuándo hay que hacer controles o si ellos son necesarios); 2) determinar el producto y la dosis para cada situación; y 3) que cuando se tenga que aplicar esos productos, se llegue realmente al sitio de acción correspondiente. “Generalmente el productor se ocupa de monitorear, de aplicar el producto y la dosis, pero muy poco se preocupa de que el producto cumpla su función. Eso es un punto clave a tener en cuenta”, comentó.
Para el técnico del INTA, la importancia de aplicar bien los plaguicidas es fundamental. “No basta con preocuparse o con comprar fitosanitarios, hay que asegurarse de que esos productos lleguen a donde uno quiere”, subrayó finalmente.