En esta misma columna advertíamos a fines de marzo sobre las chances de que el precio de la soja disponible pudiera llegar a bajar hasta los 200 u$s/ton.
Este número no era un capricho, ni tampoco era un dato exacto ni matemático resultado de alguna fórmula, se trataba solo de un número de un gran impacto psicológico en primer lugar y de un mayor impacto monetario para los bolsillos del productor.
Esta es la verdad del mercado. Hoy, martes 7 de abril, el precio de la soja disponible en el MATBA llegó al mínimo de contrato de 219 u$s/ton.
No es una baja fuerte si la comparamos con los precios de la posición abril que a fines de marzo cotizaba a 221 u$s/ton, pero es una fuerte baja si se la compara con el precio de la soja disponible un mes atrás, cuando llegó a 235 u$s/ton y más aún si se la compara con el precio de la soja de un año atrás cuando cotizaba a 330 u$s/ton.
Primera conclusión: la baja fuerte de la soja ya se produjo y esto lo hemos venido anticipando desde varios meses atrás; no debe sorprendernos.
Ahora entramos en lo que se llama la sintonía fina: ¿Seguirá bajando el precio de la soja o, por el contrario, veremos un mercado más cerca del piso?
Los productores deben tomar conciencia que muchas veces los mercados operan contra la voluntad de ellos. Cuantos productores guardaron su soja, no la vendieron durante el último cuatrimestre del 2014 y primer trimestre del 2015, a la espera de la devaluación “que no fue”. Y finalmente la terminaron vendiendo la soja disponible 50 u$s/ton por debajo del precio que podían haber logrado si no hubieran retenido. No se trata de hablar con el diario del lunes, muchas veces como en este caso es el mercado quien nos marca la futura tendencia de los precios, y en este sentido estábamos “ante la historia de la baja anunciada”.
Hay una conocida frase que dice “los arboles no crecen hasta el cielo y las raíces no crecen hasta el infierno”. No obstante parece que todavía no hemos sentido el fuerte calor del infierno. Podemos aventurar que el mercado tiene un potencial de baja de 10-15 u$s/ton, con lo cual estaríamos ante un precio de la soja disponible muy cercano a los 200 u$s/ton.
Como factor a favor de los productores, hay que tener en cuenta que los rindes que obtendrán durante la actual cosecha están superando entre un 30% y 50% los rindes obtenidos en la cosecha anterior. El análisis del MB nos muestra que el mayor aumento de los rindes/producción no llega a compensar la pérdida total de ingresos por la baja de los precios de la soja, pero al menos es suficiente para compensar el 50% de esos menores ingresos. No es para consolarse, pero hubiera sido un desastre nacional si los rendimientos de esta cosecha hubieran sido los mismos que los obtenidos en la cosecha anterior.
La campaña
La cosecha de soja argentina se va confirmando en un récord de 58 millones de toneladas, y si no hubiera sido por las inundaciones de fines de febrero, hoy estaríamos hablando de una cosecha superior a los 60 millones de toneladas. Con estas perspectivas de producción y agregando el condimento de la mayor necesidad de ventas que tendrá el productor, es muy probable que el precio de la soja en cosecha pueda llegar a bajar mucho más del nivel actual.
Hay un dato que es la clave y que tendrá impacto directo en la mayor necesidad de ventas de soja disponible de los productores, en pleno momento de la cosecha: la relación “insumo/producto”, que está en el nivel más desventajoso de toda la última década, y siempre hablando en términos generales.
Por ejemplo, si tomamos el litro de gasoil, en marzo del 2014 el precio era 9,12 $/litro y el precio de la soja disponible era de 2650 $/ton. En ese momento con una tonelada de soja el productor podía comprar 290,5 litros de gasoil.
Hoy el precio del gasoil es de 10,46 $/litro y la soja disponible cotiza a 1930 $/ton, y el productor puede comprar apenas 184,5 litros de gasoil con una tonelada de soja.
Es decir, su poder de compra soja-gasoil se ha reducido en más del 36% en términos reales. O, dicho de otra forma, el productor tiene que vender el 36% más de soja para comprar la misma cantidad de gasoil que comprada en la cosecha anterior. Lo mismo está sucediendo con el resto de los componentes del costo de producción, que han sufrido el avance negativo de la inflación en dólares de sus costos.
Por Pablo Adreani,
Analista de Mercados de AgriPAC Consultores.
Para informes:
www.agripac.com.ar
Mail: adreani@agripac.com.ar