Los agricultores, en su mayoría, ya definieron su estrategia para la siembra de maíz más allá de que, hayan podido o no, iniciar la siembra del cultivo. Ahora es el turno de ajustar los detalles técnicos de la soja.
En este sentido, Marcos Murgio (INTA Manfredi), especialista invitado a la reunión de las “Regionales Aapresid” que conforman el Nodo Oeste, subrayó que no siempre La Niña es una mala noticia. Con este perfilamiento de lo que vendrá presentó un estudio detallado del rendimiento de soja, analizando con qué magnitud influyeron las variables climáticas y de manejo de mayor peso durante la campaña pasada.
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Para Murgio, el paso inicial y decisivo, es planificar lote a lote. Es muy importante medir agua disponible, detectar presencia de napa, y después ver la perspectiva climática a mediano plazo.
A partir de allí, se puede empezar a darle forma a la verdadera estrategia de manejo.
Para planteos defensivos, las fechas tardías se acompañan con un acercamiento entre hileras, evitando grupos de madurez relativamente cortos, para mejorar la captura de radiación.
“Los grupos cortos, en fechas muy tempranas o muy tardías, empiezan a tener dificultades para generar una buena estructura vegetativa y capturar toda la radiación”, explicó.
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Si el productor, agregó el especialista, está buscando alargar el ciclo, cambiando el grupo de madurez, es una estrategia que depende de las condiciones imperantes. “No es lo mismo un lote con influencia de napas, que un perfil de seco”, explica.
Para situaciones en las que hay influencia de napas, prácticamente se puede independizar de los pronósticos y eso permite ir hacia una estrategia un poco más ofensiva, buscando potencial de rendimiento. “Para estos casos, el principal limitante es capturar radiación durante el período crítico”, sostuvo.
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— Aapresid (@aapresid) September 9, 2022
EN CÓRDOBA
Según Murgio, en algunas zonas cordobesas, el rendimiento de la soja de la última campaña fue muy bueno, e inclusive consiguió mejores resultados que en otros años normales. Hacia el sudeste, los rendimientos en secano no fueron tan malos y se mantuvieron cercanos a la media de los últimos cinco años. Aquí, la napa sería una variable protagonista.
En el sur de la provincia, las precipitaciones en general fueron buenas. Más allá de la existencia de algún déficit, este no coincidió con la etapa de mayor susceptibilidad del cultivo.
Finalmente, para el centro y norte de Córdoba, los planteos deben estar enfocados en minimizar las pérdidas y mejorar nuestros rendimientos alcanzables.
Para el caso del norte, una herramienta para escapar a las altas temperaturas y al déficit hídrico probable de enero y parte de febrero, es retrasar la fecha de siembra. Por su parte, para el centro, considerando perfiles que inician con menos humedad, además se recomienda sembrar grupos de madurez más cortos.