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Situación preocupante de las economías regionales

Las economías regionales se encuentran estranguladas por condiciones de negociación leoninas que impiden que el sector encuentre resquicios para agregar valor a sus productos y fortalecer su músculo empresario.

infocampo

La situación de las economías regionales argentinas no se encuentran en su mejor momento. Como en una pelea de boxeo económica, reciben cross de derecha y de izquierda tanto del mercado externo como interno imposibilitando capear la crisis. En este sentido, la suba del costo de los insumos, el retroceso de los precios de los commodities en los mercados internacionales, las devaluaciones de monedas realizadas por Brasil y Rusia y la caída de sus economías en sectores donde tienen posición compradora hacia el mercado argentino, la adversidades climáticas y la presión impositiva en un entorno de caída de las ventas en el mercado interno y externo está dejando los guantes de muchos productores al costado del ring para continuar la lucha.

De acuerdo a un informe de Economías Regionales de la CAME la situación de knock-out sectorial se evidencia en la cuenta de 3 ejes fundamentales: 1) el tipo de cambio real (ajustado por IPC Congreso) se encuentra un 26 % por debajo del 2001. Es decir la inflación de costos en dólares por un tipo de cambio atrasado más los compradores de nuestros productos que han devaluado sus monedas como Brasil, Rusia y la zona Euro han restado competitividad a los diferentes cultivos y producciones locales. 2) la presión fiscal se duplicó en los últimos 13 años, restando competitividad. 3) el alza del precio de los insumos como agroquímicos, fertilizantes, materiales de trabajo, fletes y gasoil los descalza de los precios competitivos necesarios para acceder a los mercados. Solo el gasoil tuvo una suba de 17,3 veces desde 2001 mientras los precios minorista solo alcanzaron un alza de 11 veces.

Con problemáticas diferenciales para cada caso los productores actualmente afectados son los de ajo, algodón, azúcar, cítricos, lácteos, olivícola, peras, manzanas, tabaco y vitivinícola. Antes de caer en la lona y abandonar la pelea las propuestas para sus respectivos problemas son: 1) eliminar las retenciones para el caso de productores en crisis y generar compensaciones cambiarias automáticas para contrarrestrar el atraso cambiario con un tipo de cambio competitivo en los mercados. 2) reducir las cargas laborales, eliminar el impuesto a los débitos y créditos, agilizar la devolución de IVA y reintegros a las exportaciones. 3-) compensar distancias a puertos o mercados concentrados con tarifas diferenciales por productos y región y subsidiar el precio del gasoil para disminuir los costos.

El riesgo de empleo en las economías regionales asciende a 900.000 puestos y el mercado interno tampoco le ofrece las mejores caricias en el rincón del ring en sus peleas. Las caídas de las ventas minoristas sumado a las distorsiones de precio dentro de la cadena de distribución comercial genera que la brecha de precio entre lo que recibe el productor y paga el consumidor en góndola ascienda al 1500 % en algunos casos. La “listita” de las compras de “Doña María” dice que paga el precio de 1 kg de durazno en góndola $ 30 pero al productor le pagan $ 2,70, 1 Kg de pera pasa por línea de caja a $ 15 Kg y le dan al productor $ 1,70, 1 Kg de naranja $ 8 Kg en góndola y $ 0,30 recibe el productor, la leche se paga en el supermercado $ 13,50 y al productor $ 3,30, la manzana las coloca en su bolsa de compra “Doña María” por $ 25 kg y al productor le dan $ 1,30. En el caso de la pera y la manzana de febrero a la fecha debieron reducir los precios en $ 0,30 para poder colocar los productos en los mercados mayoristas y minoristas.

En estos últimos 13 años no se pudo resolver la concentración económica y estructura de poder de dominio en la cadena de distribución de oligopolios conformados en la oferta mayorista y minorista en el territorio nacional. Las economías regionales se encuentran estranguladas por condiciones de negociación leoninas que impiden que el sector encuentre resquicios para agregar valor a sus productos y fortalecer su músculo empresario a los efectos de responder a los cambios climáticos, estacionales y cíclicos de la economía mundial con mayor margen de maniobra.

Bajo el actual contexto de la estructura de nuestra económía, los sectores productivos regionales están condenados a cumplir un papel bajista de precios hacia los grandes consorcios económicos locales y no pueden romper el bloqueo comercial al que las someten las condiciones del mercado dejando en estos últimos los abultados márgenes de la intermediación comercial minorista interna y la bendición de los márgenes en divisa que obtienen en contextos económicos internacionales con viento de cola. Las economías regionales no pueden ofrecer así una materia prima más elaborada que nos haga más productivos a nivel interno y más competitivos en los mercados internacionales.

Reprimarizamos nuestra economía en un contexto global de etapa de madurez de la industria, crecimiento de sector servicios y aún pie del auge de la genética y la biotecnología.

El autor es Licenciado en Ciencias de la Comunicación Social. Especialista en comercio y consumo

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