El Dr. Bernd Hallier, presidente del Instituto Europeo de Comercio, manifestó la necesidad para la Argentina de impulsar el reconocimiento de la carne nacional ya que, al momento de ser expuesta en las góndolas europeas, se desconoce el origen de la misma. Hallier comunicó que, a partir del primer incidente alimentario (casos de “vaca loca” en Europa durante el año 2000) el consumo de carne per cápita cayó entre un 20 y un 30 %. De esta manera, destacó que los consumidores europeos desconocían el origen de la carne, lo que resultaba realmente inconveniente teniendo en cuenta que ésta podía provenir tanto de Argentina o Brasil como del Reino Unido.
Para Hallier, el problema mayor es que mucha de la carne que sale de la Argentina o Brasil es luego reetiquetada en Europa entonces realmente el consumidor no sabe su procedencia real.
Hallier informó que, a partir de la aparición del mal de la “vaca loca” cayó el consumo de carne vacuna y aumentó el consumo de carne de pollo mientras que, luego de otros incidentes alimentarios en Asia con pollo (gripe aviar), volvió a caer el consumo de carne per cápita en pollo. El doctor consideró que, de esta manera, no es posible lograr que el consumo de un producto crezca de manera sostenida. Asimismo, opinó que la Argentina y asociaciones como Angus o Hereford, que tienen mucho prestigio internacional, deberán defender siempre el origen de sus productos, evitando el reetiquetado, a fines de poder colocar su producción en mercados que le otorguen un volumen de carne superior a las 28 mil t de cuota Hilton que se exportan actualmente.
Verónica Scornik
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