En la última cumbre del Mercosur, realizada en Asunción a fines del mes pasado, Eduardo Duhalde, presidente de la Comisión de Representantes Permanentes del bloque, presentó el plan “Mercosur sin aftosa”.
Dicho programa, que busca la total erradicación de la enfermedad en el 2009 -para acceder al status regional de libre de aftosa sin vacunación, lo que permitiría a la Argentina incrementar sus exportaciones en más de u$s 1.000 millones- contempla la inoculación del 100% de la hacienda, e incluye a Chile y Bolivia como países asociados.
Duhalde propuso crear “una instancia de aplicación y control supranacional, al modo de los comisariatos europeos”. Parte de los fondos provendrán del Plan Hemisférico de Erradicación de la Fiebre Aftosa (PHEFA), iniciativa controlada por la FAO, la OMS y la OIE. Sin embargo, el plan demandará en total cerca de u$s 672 M y el PHEFA tiene un presupuesto de u$s 48 M para todo el continente americano.
“Este plan tiene un impacto político de trascendencia, porque logrará la primera acción en común de la región, lo que sería un paso concreto hacia la integración”, sostuvo Duhalde.
El plan fue aprobado. Pero el hecho de que la aftosa, un tema considerado “cosa de técnicos”, haya llegado a niveles de discusión presidencial, puede leerse como un revalorización regional del sector agropecuario, o como una muestra del vacío de contenidos que atraviesa el bloque.
“El Mercosur ni siquiera es todavía una unión aduanera como en principio se pensó”, deslizó con sinceridad durante la cumbre Tabaré Vázquez, el presidente uruguayo. Y el mandatario paraguayo, Duarte Frutos, reconoció que “hasta hoy no emprendimos el proyecto con resolución y verdadera voluntad política”.
El presidente Kirchner efectuó una declaración en la misma sintonía, pero en forma no verbal. Obligó a sacar la foto de todos los mandatarios sudamericanos por la noche, ya que decidió volver a la Argentina tras la cena de gala, sin asistir al cierre de la cumbre. La prensa paraguaya criticó el gesto, aunque señaló que “el mandatario argentino ya es conocido por este tipo de actitudes”.
Cuando el organismo supranacional diseñado por Duhalde inicie oficialmente sus funciones cabrá preguntarse si el Mercosur no se estará transformando en una unión antiaftósica con aspiraciones de mercado común.
Sebastián Masana | Especial para Infocampo