El girasol sigue dando respuestas en las distintas zonas agrícolas argentinas. En el caso del sudoeste bonaerense la participación del cultivo en las rotaciones es clave. La última campaña estuvo caracterizada por altos rendimientos, que si bien respondieron a las muy buenas condiciones de humedad que recibieron los campos de la región, volvió a quedar demostrado que con un adecuado manejo la oleaginosa sigue ofreciendo respuestas.
En el ciclo 2014/15 en términos productivos fue de las mejores campañas de girasol de la zona, con rendimientos medios que rondaron los 2.000 kilos por hectárea, frente a los 1.800 que promediaron los últimos años. Estos resultados toman mayor relevancia cuando se comparan con los magros resultados productivos obtenidos en la cosecha anterior, que dejaron un promedio de entre 1.600 a 1700 kilos por hectárea.
El dato se vuelve aún más destacado cuando se analizan los picos productivos, que en la cosecha reciente llegaron a los 4.000 kilos por hectárea, con muchos lotes que estuvieron entre 2.500 y 3.500 kilos. Esas diferencias de rendimientos responden en buena medida a la marcada variabilidad de suelos de la región, en la que tenemos suelos profundos con muy buena aptitud para el cultivo de girasol y otros con limitaciones provocadas por la presencia de tosca entre 50 y 60 centímetros de profundidad.
Es que los niveles de disponibilidad hídricos de los cultivos no dependen sólo de las lluvias ocurridas durante su ciclo de desarrollo, sino de las decisiones de manejo y la elección del lote. En esta región el manejo de los lotes está en gran medida supeditado a la presencia o no de tosca en el perfil del suelo. Lo que resulta alentador para el cultivo de esta oleaginosa es que adoptando las medidas adecuadas existen posibilidades productivas para las distintas situaciones edáficas.
En el caso de El Cencerro, empresa de la que es socio y director técnico, las 800 hectáreas sembradas con girasol con destino a industria en la última campaña tuvieron un rendimiento promedio de 2.440 kilos por hectárea.
Por Eugenio Ducos, asesor del sudoeste de Buenos Aires de ASAGIR