El uso de fertilizantes cerró 2023 por debajo de los niveles del año previo y acumuló el volumen más bajo de los últimos seis años.
Así lo señala un informe elaborado por Jeremías Battistoni, de la consultora AZ Group, quien señaló a las malas relaciones de precios, las dificultades del sector importador y las complejas condiciones climáticas -fundamentalmente, la sequía– como los factores que impactaron en los volúmenes de consumo de la campaña.
Del mismo modo, un trabajo de los economistas Juan Manuel Garzón y Lautaro Sibilla, del IERAL de Fundación Mediterráena, analiza también la fuerte caída de las importaciones de fertilizantes tanto nitrogenados como fosfatados en 2023, que fue del 11,9% en volumen y del 51,1% en valores, con respecto al año anterior.
FERTILIZANTES EN BAJA
De acuerdo con AZ Group, en diciembre, en Argentina se importaron unas 93.000 toneladas de urea, y así se cerró un acumulado de compras anual por 784.000 toneladas.
Este volumen se ubicó apenas por debajo de 2022, pero muy lejos de las 1,6 millones de toneladas importadas en 2021 y para encontrar números más bajos, hay que remitirse a las cerca de 400.000 toneladas de 2017.
Battistoni explicó que durante 2023, la oferta de este insumo se mostró intermitente, con operadores que periódicamente retiraban sus ofertas del mercado. “Las dificultades del sector importador llevaron, no solo a una oferta limitada, sino a una fuerte distorsión de precios locales”, agregó.
A este escenario por demás complicado, desde AZ Group señalaron que se sumaron condiciones climáticas adversas, que dilataron la decisión de compra por parte de los productores. Además, las malas condiciones que atravesó la campaña fina y el complejo inicio de la gruesa recortaron la demanda local de fertilizantes.
QUE PASÓ CON LOS FOSFATADOS
Por el lado del fosfato monoamónico (MAP), las importaciones de diciembre alcanzaron las 33.000 toneladas, por un valor de U$S 587 la tonelada y en 2023 llegaron a un total de 758.000 toneladas. En un caso similar a la urea, se trata del volumen más bajo de los últimos seis años
Las razones de esta baja se explica en base a los mismos motivos que la urea, pero con el agregado que el mercado de los fosfatados es más dependiente de las importaciónes. Como dato a seguir para este año, Battistoni advirtió que “la oferta en el mercado interno puede verse algo restringida en el corto plazo”.
RELACIÓN INSUMO-PRODUCTO
Otro tema que los productores siguen bien de cerca es el precio de los principales commodities, para medir como se posiciona la relación de compras entre insumos y productos.
En el caso de soja, el cálculo actual indica que la retracción de precios en el mercado interno impactará en las relaciones de precios, sobre todo en la posición Mayo 2024 del poroto.
Por el lado del maíz, el cereal disponible mostró una caída del 13% en su capacidad de compra contra el promedio de los últimos tres años.
Mientras que en girasol, si bien su buena dinámica de precios permite una recomposición parcial de esta variable, igual retrocedió un 15% en comparación con los promedios de las últimas campañas.
MENOS VOLÚMENES Y DÓLARES
Por su parte, el informe de los investigadores de la Fundación Mediterránea señala que en total se importaron fertilizantes el año pasado por 2,7 millones de toneladas, lo que significa una caída del 11,9% y la cifra más baja en seis años.
“Se trata del segundo año consecutivo de ajuste en las importaciones, con un volumen que se ubicó levemente por encima del flujo promedio de los últimos 16 años, y muy lejos del máximo observado en el 2021″, mencionaron Garzón y Sibilla.
En términos económicos, en tanto, precisaron que se destinaron U$S 1.404 millones a estas importaciones, un flujo bastante menor a los U$S 2.869 millones del ejercicio previo, como consecuencia fundamentalmente de una caída de los precios internacionales que se combinó con las menores cantidades compradas al exterior.
En concreto, los precios se ubicaron por debajo de los valores promedio de los últimos 15 años. “Es de destacar la fuerte caída interanual en las cotizaciones a dólares corrientes (-46,4% para nitrogenados y – 39,6% para fosfatados), lo que se explica por los valores máximos, casi extremos, que se observaron en el año 2022″, comentaron los economistas.
Luego, evaluaron que “la caída en los volúmenes adquiridos obedece seguramente a una combinación de factores, aunque dos de ellos se destacan claramente: la sequía (y su impacto sobre superficies sembradas y tecnología de insumos) y las restricciones impuestas sobre las importaciones, en un contexto de escasez de dólares en el BCRA”.
Y agregaron: “La falta de fluidez de las SIRA y la incertidumbre respecto del cobro de las divisas, generó problemas varios a los importadores, configurando un escenario complejo para los habituales procesos de planificación de compras que realizan las empresas”.