Imagen gentileza de Gabriel Lell – corresponde a un maíz temprano sembrado en Seguí (Entre Ríos)
Una suerte de alerta naranja es la que está transitando la producción agrícola argentina, en el marco de un déficit de lluvias que no afloja, con La Niña como telón de fondo, y amenaza con desplomar la cosecha de trigo y también reducir de manera contundente la siembra de maíz temprano, mientras la soja y el maíz tardío están a la espera.
En los mapas que elabora de manera semanal la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA), sobre el contenido de agua en el primer metro de suelo, el naranja es el color que define los territorios bajo condición de sequía.
En el último mapa, correspondiente al 10 de octubre, todas las zonas que producen trigo en el país aparecen de ese color, a excepción de una ínfima cantidad de hectáreas en Entre Ríos y otras pocas en Buenos Aires, donde de todos modos la condición es de reservas escasas.
“Una vez más se observa el aumento del área clasificada con déficit hídrico en lotes de trigo (y podríamos inferir que en lotes de fina en general). El área deficitaria ocuparía actualmente en forma predominante el área triguera principal del país”, indicó la ORA en su reporte semanal.
Y amplió: “Podemos identificar algunas zonas que escapan a la clasificación de sequía en este momento, por ejemplo, el noreste de Entre Ríos, donde las lluvias han sido mejores, en especial en meses anteriores”.
“También en la mitad sur de Buenos Aires se ven todavía sectores con reservas regulares, aunque predominan los almacenajes escasos o sequía”, completó.