La confirmación de un segundo caso de BSE en Estados Unidos representó un duro golpe para la credibilidad del Usda.
Los siete meses de demora que tuvo la confirmación del caso generaron sospechas de encubrimiento.
“El primer instinto de nuestros funcionarios es salvaguardar los intereses económicos antes que la salud de los ciudadanos estadounidenses”, afirmó esta semana un editorial del Seattle Post Intelligencer.
“Se priorizó el dinero antes que la seguridad alimentaria”, agregó. Taiwán -país que compraba carnes estadounidenses por un valor de u$s 80 M hasta que se detectó el caso anterior de BSE, en 2003- volvió a cerrar su mercado a las exportaciones de beef norteamericano, apenas dos meses después de haberlo reabierto.
El gobierno de Japón -que compraba en Estados Unidos u$s 1.700 M anuales- declaró que esta noticia no causaría grandes cambios en las negociaciones programadas para la reapertura de su mercado, pero las fuertes presiones de los consumidores japoneses podrían modificar esa postura en los próximos días.
Australia -país que gracias a la irrupción de la BSE en 2003 en Estados Unidos duplicó sus ventas a Japón, que hoy llegan a los u$s 1.600 M anuales- manifestó su apoyo, paradójicamente, hacia la gestión del Usda. Destacó que este segundo caso de BSE fue un hecho aislado, y que el animal infectado no ingresó en la cadena alimentaria.
No se trata de solidaridad, sino del temor de que este episodio genere una situación de paranoia que perjudique el comercio global. “Queremos exportar más, pero ante todo queremos que el mercado mundial de carnes crezca”, se sinceró David Crombie, presidente de Meat & Livestock Australia.
La relación de Estados Unidos con Canadá promete una escalada de conflictos.
El ganado canadiense tiene prohibido el ingreso a los EE.UU. desde que se descubrió un caso de BSE en Alberta en 2003.
El gobierno canadiense daba por sentado que en la ronda de negociaciones bilaterales fijada para julio, el Usda levantaría las restricciones.
Su titular, Mike Johanns, dijo a su par canadiense, Andy Mitchell, que todo sigue como estaba previsto.
Pero no será fácil.
La Ranchers-Cattlemen Action Legal Fund, entidad que agrupa a 18.000 criadores y feedlots estadounidenses, solicitó esta semana que se suspendan las negociaciones con Canadá, “país que no reúne los mínimos estándares internacionalmente aceptados para la prevención y el control de la BSE”.
Sebastián Masana | Corresponsal de Infocampo