Desde hace tiempo, febrero estaba señalado como el mes a partir del cual el consumo comenzaría a ajustar valores, algo que claramente se puede apreciar en los valores para la hacienda liviana en el Mercado de Liniers, que en algunas ocasiones han superado los $300 por kilo tanto en machos y hembras, avanzando entre un 5% y un 6% semanal.
Según la analista del Rosgan, María Julia Aiassa, “estas mejoras representan una corrección en el precio de la media res en gancho, que se deberá trasladar a los mostradores en los próximos días“.
Aiassa recuerda además que el año pasado, tras varios meses de retraso, la hacienda gorda corrigió entre noviembre y diciembre en más de un 20%, ajuste que se trasladó plenamente al mostrador durante los últimos meses del año.
Pero en el caso de enero, el precio de la carne ajustó sólo un 2,5% quedando por debajo del 4,9% de la inflación del rubro alimentos.
Entonces la pregunta es: ¿Cuál será la reacción de los consumidores ante este nuevo aumento?. Por eso es necesario evaluar en el corto plazo, cuán resistente se presentará la demanda, al actual nivel de consumo.
Oferta
“La situación es clara y contundente. Estamos ante una escasez de oferta que se viene registrando desde el año pasado y que, por efecto de la seca, se acrecentará este año con impactos que seguirán presentes en al menos los próximos dos ciclos ganaderos”, explica la analista del Rosgan.
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Aiassa señala también que “este año tanto las invernadas pastoriles como los sistemas de engorde a corral se enfrentarán a un escenario muy adverso. En el caso de los sistemas extensivos, aun aquellas zonas pampeanas donde la situación es menos acuciante y las lluvias recibidas ya permiten proyectar siembras tempranas de algunos verdeos, hoy sufren una baja en el nivel de reservas forrajeras que, en muchos casos obliga a reducir temporalmente las cargas“.
“Pero también encontramos una realidad más apremiante como es la que viven hoy campos de cría del norte -mucho más extrema hacia el NEA- donde la salida de los campos resulta inminente, con invernadas más livianas, mucha vaca flaca y menor reserva para reposición“, argumenta.
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