La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos de la Nación puso en marcha el Programa Nacional de Turismo Rural (PRONATUR), destinado a 1300 pequeños productores.
La iniciativa, que cuenta con 4,2 millones de dólares, está financiada conjuntamente por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la SAGPyA.
El PRONATUR busca estimular el turismo rural en asociaciones y grupos de pequeños productores, asignándole un rol clave a la capacitación de los distintos actores de la cadena de valor e incorporando el uso de tecnologías de información, como bases de datos, información a distancia e intercambio electrónico.
El mismo será ejecutado a través de la Dirección de Desarrollo Agropecuario; la Coordinación Nacional de Transferencia y Extensión del INTA y la Coordinación de Turismo Rural de la Secretaría de Turismo de la Nación.
Tendrá además tres componentes: âPromoción, difusión y apoyo a la comercialización turísticaâ; âCapacitación, asistencia técnica y transferencia de tecnologíaâ y Fortalecimiento Institucionalâ. Abarcará todo el territorio nacional, dividido en 5 regiones turísticas: Norte (Salta, Tucumán, Jujuy, Catamarca y Santiago del Estero); Litoral (Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa, Entre Ríos y Santa Fe); Centro (Buenos Aires y Córdoba); Cuyo (Mendoza, San Juan, San Luis y La Rioja) y Patagonia (La Pampa, Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego).
Turismo rural como promotor del desarrollo
Nacido como alternativa de desarrollo económico para el sector agropecuario â siendo un complemento de sus actividades tradicionales-, en los últimos años el turismo rural se convirtió en una actividad que posibilita la permanencia de la unidad productiva dentro de la región.
Además de proveer una base ampliada a los negocios locales, el turismo rural crea la oportunidad de atraer otros negocios y pequeñas industrias a la región, que implican una oportunidad de innovación. También permite revitalizar áreas deprimidas, generando empleo y diversificación económica.
Se trata de un rubro multifacético, donde además de alojamiento, se ofrecen productos típicos, gastronomía tradicional, folklore y la posibilidad de disfrutar de un entorno natural y rural, con flora y fauna autóctonas.
Quienes se dedican a esta actividad requieren formación y aprendizaje permanentes, y por eso se transforma en un elemento clave para la competitividad regional.
En Argentina los emprendimientos buscaron localizarse preferentemente sobre emplazamientos e infraestructuas preexistentes con acerbos culturales propios de la zona.
El PRONATUR reconoce al turismo rural como una actividad sostenible y sustentable, a través de la permanencia y el aprovechamiento óptimo de los recursos, la integración de la población, la preservación y mejora del entorno y la valorización de las culturas locales.