El proyecto de recuperación de la zona productora de frutas de carozo conocida como los frutales de Dolores por su ubicación en el partido del mismo nombre o del “Salado” por estar dentro de la cuenca de influencia de dicho río, ha convertido en realidad un sueño que ostentaban desde hace muchos años quienes alguna vez abastecieron desde allí a una fuerte demanda estacional de los partidos de la Costa Bonaerense, Partido de la Costa, General Madariaga y Gral. Pueyrredón .
Las primera plantaciones de duraznos y ciruelas nos remiten a fines de la década del 30 a una región con epicentro en la ciudad de Dolores, que llegó a contar con 2.000 ha de producción, estimuladas por la Escuela Agrícola y Vivero Frutihortícola.
Lamentablemente, la conjunción de factores como las repetidas inundaciones que soportó la zona en los últimos 30 años y el ingreso de especies de la zona del norte de la provincia (San Pedro, Baradero y San Nicolás), provocaron que se retrajera enormemente la producción a su mínima expresión, quedando sólo 200/250 hectáreas y llegando incluso a no figurar en el Censo Agropecuario Nacional de 1988.
Esta realidad llevó al Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Provincia de Buenos Aires, a través del INTECH (Instituto Tecnológico de Chascomús) y el IDEB Dolores (Instituto de Desarrollo Empresario Bonaerense) a desarrollar investigaciones, las que con el apoyo del Conicet, la UNSAM (Universidad Nacional de San Martín), la Cátedra de Fruticultura de la Universidad de La Plata, el Consejo Federal de Inversiones y la Corporación del Mercado Central de Buenos Aires, permitirán la puesta en marcha de una primera etapa del Proyecto General de Recuperación Frutihortícola de la Pampa Deprimida, que durará 10 meses y que tiene como objetivo capacitar a productores, profesionales, técnicos extensionistas y comercializadores en nuevas tecnologías de producción, manejo y comercialización para que puedan aplicarlas rápidamente en sus sistemas productivos y en la comercialización de frutales de carozo.
El área de influencia del proyecto abarca los partidos de Dolores, Chascomús, General Guido, Maipú, Pila y Castelli, que cuenta con una superficie de 16.778 kilómetros cuadrados.
El proyecto contempla, entre otras tareas, su difusión a nivel regional, extensión y asistencia técnica a productores regionales, mejoramiento, expansión y transferencia de tecnología al actual sistema productivo. Asimismo, ofrecerá jornadas técnicas, motivación y capacitación para los nuevos productores en técnicas de micropropagación vegetativa y enraizamiento de estiones, temas comerciales y de mercado y seguimiento y asistencia técnica a los productores adheridos al proyecto.
Los objetivos específicos son: transferir los alcances del proyecto de desarrollo frutihortícola en toda la microrregión; transferir el paquete tecnológico disponible a los sistemas de producción existentes, a través de acciones de capacitación en nuevas técnicas de manejo y de micropropagación vegetativa; capacitar en la aplicación de un modelo de producción regional para los nuevos módulos a instalarse a aquellos productores que sean identificados como posibles inversores de la actividad en la zona; definir aspectos operativos de la comercialización de frutos y hortalizas, posibilidades de mercado interno y análisis de posibilidades futuras de exportación; difusión de las ventajas comparativas de la zona y estudiar el nicho comercial existente para estos productos en la costa Atlántica cercana a la zona de producción; consolidar estrategias de marketing, comercialización y posicionamiento del producto en el mercado; generar conocimientos básicos de las posibilidades de mercado del producto frutales de carozo en su mercado natural o regional -Partido de la Costa e inmediaciones- y en otros mercados extrarregionales, y elaboración de una estrategia para el producto en su comercialización.
La puesta en marcha de este proyecto no hace más que ratificar que la producción de frutas y hortalizas, más allá de cualquier condicionante, es una excelente oportunidad para todos aquellos que ven a la tierra como instrumento de desarrollo, generadora de mano de obra y elemento dignificador del ser humano a partir de su trascendencia como tal.
Por Horacio Esteban
Redactor de Infocampo