En abril de este año, el Consejo de Ministros italiano le dio luz verde al proyecto de ley que prohibía la producción, comercialización e importación de “carne no convencional”, ni más ni menos que la denominada carne artificial, sintética o “cultivada”.
Pero el país del sudeste europeo ya no está solo: de este lado del Océano Atlántico, ahora Paraguay y Brasil están dadno algunos pasos en la misma dirección.
En el país europeo el principal impulsor fue el propio Gobierno. A través del ministro de Agricultura, Soberanía Alimentaria y Bosques de Italia, Francesco Lollobrigida, se buscó ponerle un freno a este tipo de desarrollos sintéticos.
“Una batalla de civilizaciones. En defensa de la salud de los ciudadanos, de nuestro modelo productivo, de nuestra calidad, de nuestra cultura, simplemente de nuestra soberanía alimentaria”, planteó vía la red social X (ex Twitter).
https://twitter.com/FrancescoLollo1/status/1640980610809483265
Incluso su par de Salud había calificado que “hoy en día no hay estudios científicos sobre los efectos de los alimentos sintéticos”.
LA CARNE ARTIFICIAL: EN PARAGUAY NO LA QUIEREN
Ahora el nuevo partido de la carne sintética se juega en terreno sudamericano. En esta región del mundo la ganadería pisa fuerte y el tratamiento del tema siempre genera polémica entre los productores.
En Paraguay el abroquelamiento del campo local en este sentido parece ser total. “Total respaldo al proyecto que prohíbe la producción, comercialización e importación de carne sintética”, afirma un comunicado de la propia Cámara de Diputados paraguaya.
“El Frente Parlamentario para el Desarrollo de la Producción, cuya presidencia corresponde al diputado Eulalio Gómes (ANR-Amambay), llevó a cabo una audiencia pública sobre el proyecto de ley “Que prohíbe la producción, importación y comercialización de la carne cultivada en laboratorio, para consumo humano y en toda la cadena alimenticia””, afirma el comunicado.
El documento fue presentado por el legislador Luís Federico Franco (PLRA-Central), y busca “proteger a las personas en su alimentación”.
“La creación artificial de carne en laboratorios, a partir de células madre extraídas de músculos de animales (vaca, pollo, cerdo), junto con otros elementos (suero fetal bovino, mioglobina, vitaminas, aminoácidos, grasa y tejido conectivo), con alto nivel de componentes químicos, trae consigo inconvenientes para la salud”, asegura el proyecto.
En Paraguay el sector cárnico lleva tiempo denunciando que “la mal llamada carne sintética o de laboratorio se está queriendo presentar ante los consumidores como una alternativa a la carne real”.
El proyecto tuvo buen andar entre los congresales y obtuvo su media sanción. Y sigue en carrera con la esperanza de convertirse en ley.
BRASIL Y LA CARNE ARTIFICIAL
Allí el diputado Tiao Madeiros pensó algo similar a lo tratado en Paraguay. Madeiros es representante del Partido Progresista de Brasil por Paraná y presidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara.
¿De qué se trata? Se busca “prohibir la investigación, producción, reproducción, importación, exportación, transporte y comercialización privada de carne animal (ternera, cerdo, aves y otras) cultivada en laboratorios”.
Madeiros fue más allá: no solo propone la prohibición a la producción, sino a las investigaciones en esta línea.
En paralelo a esto, el gigante JBS, frigorífico de escala mundial de capitales brasileños, por estos días aplica una inversión en una fábrica española en San Sebastián, que funcionará como una “planta de carne de laboratorio”. La firma hasta el momento destinará u$s 41 millones.
Desde la empresa plantearon que allí se producirá alrededor de 1.000 toneladas métricas de carne sintética por año, con capacidad para expandir la producción a 4.000 toneladas.
Además también planea gastar u$s 60 millones en la construcción de un instituto de investigación en el sur de Brasil y desarrollar tecnología para producir proteínas a partir de células animales.