América Latina es una de tres regiones donde continúa la deforestación, según “El Estado de los Bosques en el Mundo 2018”, publicado hoy por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO.
El informe de la FAO indica que entre 1990 y 2015, la superficie forestal del planeta disminuyó del 31,6 % de la superficie terrestre al 30,6 %, aunque el ritmo de pérdida se ha ralentizado en los últimos años. La mayor parte de esta pérdida tuvo lugar en países en desarrollo, en particular en el África Subsahariana, América Latina y Asia Sudoriental.
Según el informe, la deforestación supone la segunda causa principal del cambio climático – después de la quema de combustibles fósiles- y representa casi el 20% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto es más que todo el sector del transporte del mundo. Entre un 24% y un 30% del potencial total de mitigación se puede obtener mediante la detención y reducción de la deforestación tropical.
Demanda de carbón vegetal presiona recursos forestales
En los lugares en los que la demanda de carbón vegetal es alta, sobre todo en el África Subsahariana, Asia Sudoriental y América del Sur, su producción ejerce presión en los recursos forestales y contribuye a la degradación y deforestación, en especial cuando el acceso a los bosques no está reglamentado.
Según el informe de la FAO, la proporción de personas que dependen de la leña varía del 63 % en África al 38 % en Asia, y el 16 % en América Latina.
Los bosques gestionados con fines de conservación de suelos y aguas han aumentado en todo el mundo en los últimos 25 años, con la excepción de África y América del Sur. Sólo el 9 % de la superficie forestal de América del Sur es gestionada con el objetivo de proteger el suelo y el agua, muy por debajo del promedio global de 25 %.
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