Infocampo Entrevistó al ministro de Agroindustria de Buenos Aires, Leonardo Sarquís, en el marco de la Exposición Rural de Palermo, quien realizó un balance de su gestión y analizó los logros obtenidos en casi cuatro años, y las deudas que aún mantiene con el agro de la provincia.
Facundo Mesquida: ¿Qué te quedó por hacer, y qué te pone contento de lo que pudiste hacer?
Leonardo Sarquís: Lo que no salió fue producto de un montón de cosas. Mentiría si digo que no pude trabajar con algún intendente que sea de un espacio político distinto al nuestro. Trabajé perfectamente con los 128 municipios que tienen agroindustria de los 135 que tiene la provincia.
Cuando llegué a la gestión no pensé que me iba a encontrar con 18 meses de inundaciones y un año de sequía posterior, y recién hace poco empezar a ver algún fruto. Así y todo, pudimos hacer las cosas bien, y eso hay que agradecérselo a toda la cadena agroindustrial porque siempre pusieron el hombro. Como dice María Eugenia Vidal, nosotros no mentimos. Las que pudimos hacer las decimos, y las que no también.
Para poder trabajar bien hay que estar el 90% del tiempo recorriendo la provincia y no sentado en La Plata. Hay cosas que se demoraron más, por ejemplo ayer inauguramos una filetera en Trenque Lauquen y por la burocracia de los papeles que se estaban esperando desde mayo, se atrasó todo. Pero lo hicimos, y ahora hay gente que tiene un nuevo trabajo, y eso es lo importante.
Uno gestiona un ministerio de Agroindustria pero no lo hace solamente para el que tiene un título de Ingeniero Agrónomo. Cualquier acción que uno haga, tiene que hacerse pensando en la gente, y que tenga impacto en la sociedad en general.
También pudimos trabajar muy bien en nexo con otros ministerios, y por ejemplo, la obra hidráulica no es nuestra, pero trabajamos mucho con el ministerio de Infraestructura para que se puedan hacer las obras.
Estamos contentos porque pudimos hacer muchas tareas de desburocratización. Antes había trámites que tardaban 400 días y hoy tardan 40, y queremos cerrar el año para que tarden 15. Lo mismo pasó con el Documento Único de Tránsito (DUT), donde antes había productores que tenían que hacer 280 kilómetros para poder sacar una guía para trasladar hacienda
Se logró desarrollar mucho las energías renovables, y hoy tenemos nueve proyectos en Buenos Aires con inversiones por casi 72 millones de dólares entre biogas, bioetanol, biodiesel y más. Y son casi u$s300 millones más estimados para los próximos años.
Todas estas cosas son muy importantes, y hoy quizás la gente no lo ve en el bolsillo, pero son cosas que quedan y que no dependen de una elección. Obvio, siempre hay muchas cosas para mejorar.
FM: De ser reelecta María Eugenia Vidal, y vos continuar al mando de Agroindustria, ¿te gustaría que el misterio reciba más fondos en la partida del presupuesto?
LS: En la medida en la que podamos seguir, siempre hay muchos planteos de presupuestos que se pueden llegar a hacer, pero no en ánimo de queja, sino en hacer más cosas que no se pudieron hacer.
Nuestro ministerio no necesita mucho presupuesto, pero si manejar muy bien los nexos. Pudimos hacer mucho con muy poco presupuesto, porque logramos trabajar con otros ministerios que sí tenían los presupuestos para hacer las obras. Eso es tan importante como manejarlo uno.
Siempre digo que hicimos muy bien los cimientos de la casa, y ahora no se cae. Por eso necesitamos estos cuatro años próximos, para terminar de hacer todo.
FM: ¿Qué falta entonces para conectar ciudad y campo, y que funcione esa unión?
LS: Ese es un trabajo coordinado entre funcionarios municipales, provinciales y nacionales con la gente. Y fundamentalmente escuchar más que hablar. Ir a cada lugar y trabajar con humildad, porque no hay nadie que sepa más de una zona que el que vive ahí. Hay un dicho que me dijo mi papá que siempre recuerdo: “En boca cerrada no entran moscas”, y eso significa aprender a escuchar.
Cuando hablo con los productores y empresario agroindustriales, les pido que dejen de hablar del “sector”. Porque eso genera separación, como un cuadrado aislado que vive sólo. Hay que hablar del motor de la economía.
Hay que conseguir un Estado que sea facilitador y motivador, no uno que entorpezca. Debemos trabajar para conseguir que haya más empleos privados que públicos, porque cuando gestionaste bien, las cucardas llegan solas.