El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) reconoció a la localidad chubutense de Sarmiento como nueva Indicación Geográfica (IG) en Argentina.
Esta validación remarca que un producto es originario de una región, localidad o área geográfica de producción delimitada del territorio argentino, no mayor que la superficie provincial.
La medida se dispuso a través de la Resolución 9/2023, publicada el lunes 29 de mayo en el Boletín Oficial.
El camino para esta nueva identificación comenzó a transitarse en marzo de este año, cuando el Grupo Avinea solicitó a través de la empresa Extraberries -propietaria de la Bodega Otronia en Sarmiento- esta indicación.
Otronia se sitúa en el centro sur de Chubut a orillas del lago Musters, casi al límite de Santa Cruz. En ese espacio, la bodega cuenta con 51 hectáreas de viñedos orgánicos, con variedades de Pinot Noir, Merlot, Chardonnay, Gewürztraminer, Torrontes, Malbec y Pinot Gris.
El área que recibió esta denominación está ubicada en uno de los márgenes del lago Muster, que junto al Lago Colhué Huapi, conforma la fase terminal de la cuenca del río Senguerr.
RECONOCIMIENTO
En sus considerandos, la norma señala que el área para la que se solicita el reconocimiento posee “aptitudes para la producción de uvas” que le permiten pretender acceder a una Denominación de Origen Controlada (DOC) o una IG.
Estos reconocimientos son parte de la legislación vinícola argentina y están definidas en la Ley 25.163, sancionada en 1999 y que establece que el INV es la autoridad encargada de su aprobación.
“De acuerdo a los antecedentes presentados y los estudios realizados por los sectores competentes de este Instituto, el área de producción de la Indicación Geográfica cuyo reconocimiento se solicita está formada por terruños con cualidades distintivas, aptos para la producción de vinos de calidad”, precisó la resolución.
CAE EL CONSUMO DE VINO
Según la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES), las ventas internas de vino tuvieron una caída de 13,6% en el primer trimestre de 2023. En ese período, el consumo total fue de 1,6 millones de hectolitros.
En el caso del vino, el informe reveló que la escasez de oferta primaria de uva (por una vendimia afectada por heladas tardías y granizo) y la baja rentabilidad permiten anticipar un escenario sumamente complejo para el resto del año.
El año pasado, la cosecha cayó un 12,9% y para este ciclo, proyectaron que la producción de uva será la más baja en 30 años, con un volumen de 15,3 millones de quintales. “Dejará poca materia prima para abastecer a la industria en 2023“, advirtieron desde la consultora.
La contracción en la elaboración de vinos (18,3%) provocó que en el primer trimestre de 2023, la producción total de bebidas cayó 6,2% respecto del año pasado. En paralelo, la producción de bebidas gaseosas, cervezas y bebidas espirituosas no tuvo variación respecto a los tres primeros meses del año pasado.