La chicharrita del maíz es la plaga que se extendió este año a todo el país y ha generado un verdadero sacudón en la cosecha del cereal, que ya perdió millones de toneladas y también miles de millones de dólares en potenciales exportaciones.
Pero lo que ha sido una novedad en la zona central de la Argentina, no lo era en el norte, donde este insecto existe desde hace años y ya venía provocando problemas, aunque no tan graves como los registrados en la temporada que está finalizando.
En ese marco, cuatro entidades relacionadas con el agro de la provincia de Tucumán emitieron un comunicado conjunto para dimensionar los estragos que viene provocando esta chicharrita y pedir que se diagramen medidas a nivel nacional, de manera unificada, porque “ninguna medida aislada es eficaz”.
“SALVEMOS AL MAÍZ”: EL PEDIDO DESDE TUCUMÁN
En concreto, la Asociación de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte (Apronor), el Colegio de Agrónomos y Zootecnistas de Tucumán (Ciazt), el CREA Región NOA y la Sociedad Rural de Tucumán, señalaron que las pérdidas en la región del NOA para la campaña 2023/24 son “significativas”, ya que en algunos casos llegan al 100% y, en general, la perspectiva de daño se estima en más del 50%.
“La situación es grave”, calificaron estas entidades y recordaron algunas de las características del insecto Dalbulus maidis que lo hacen de difícil control:
- Se alimenta y multiplica únicamente sobre plantas de esta especie
- Tiene una larga longevidad (45 a 70 días)
- En invierno se puede refugiar en cualquier otro cultivo e incluso permanecer varias semanas sin alimentarse
- Los adultos se protegen en el cogollo de la planta de maíz
- Tienen la capacidad de volar hasta 500 kilómetros ayudados por corrientes de aire.
“Por lo tanto, el insecto y las enfermedades que transmite requieren estrategias integradas de manejo a nivel regional, considerando que las prácticas habituales no están siendo hoy una solución efectiva para el control de la plaga”, consideraron.
Y advirtieron: “En este escenario está en riesgo la producción de maíz a nivel nacional, cultivo necesario para la sustentabilidad del sistema”.
TRABAJO EN CONJUNTO CONTRA LA CHICHARRITA
De allí se desprende la opinión del agro tucumano de que “para enfrentar esta batalla, todos los integrantes de la cadena de producción debemos trabajar en conjunto, ya que resulta fundamental mantener a la población de la plaga en el nivel más bajo posible porque, de lo contrario, volverán a registrarse en el ciclo 2024/25 problemas similares a los ocurridos en la presente campaña”.
Es en este contexto que estas instituciones se agruparon y constituyeron el Comité #SalvemosAlMaíz con el objetivo de informar y concientizar a todos los actores de la cadena del maíz sobre esta problemática.
Desde su punto de vista, es fundamental adoptar las siguientes medidas:
- Vacío sanitario, 90 días previos a la fecha regional de siembra, diciembre/enero.
- Control permanente de maíz guacho o voluntario.
- Monitoreo de la población del insecto vector previo a la siembra y durante las etapas iniciales del cultivo.
- Elegir los híbridos menos susceptibles.
- Concentración de fecha de siembra en los meses más apropiados (fines de diciembre hasta mediados de enero).
“En síntesis, o nos salvamos todos o no se salva nadie. Debemos considerar que ninguna medida aislada es eficaz. No se trata de un problema que pueda resolverse de manera individual. Tenemos que aprender a convivir con la plaga, pero la clave es aprender a gestionarla para mantener un nivel de población bajo que sea controlable”, remarcaron.
En tanto, concluyeron: “Lograr reducir la población será el reflejo no sólo de un mejor manejo a nivel integral sino también y fundamentalmente del esfuerzo generalizado en la región siendo imperioso el trabajo coordinado entre los gobiernos provinciales”.
