El primer lote de soja de la cosecha 2004/2005, perteneciente a los productores Jorge y Angel Goujón, arribó el pasado 3 de enero, procedente de Colonia Elisa, Chaco, y fue descargado en la planta Vicentín, de San Lorenzo.
El remate de estos 25.080 kilos marca el inicio formal de la comercialización de soja en la Bolsa de Rosario, plaza que concentra la mayoría de las transacciones de la oleaginosa en el país.
Alrededor del 70 por ciento de las fábricas de aceite de soja se localiza en el Gran Rosario, estimándose que esa participación será de 80 por ciento, una vez que se concreten las inversiones anunciadas por las grandes empresas aceiteras.
Por los puertos del Paraná, denominado «up river» en la jerga de los operadores, sale 96 por ciento del aceite de soja y también el 96 por ciento de la harina y el pellets de la oleaginosa que la Argentina envía al exterior.
Según informaron los organizadores, en la ceremonia hablarán el titular de la Bolsa de Comercio de Rosario, Federico Boglione, el secretario de Agricultura nacional, Miguel Campos, y el gobernador santafesino, Jorge Obeid.
Paralelamente, directivos de la Bolsa de Comercio de Rosario ultiman detalles junto a los ejecutivos del Rofex y los funcionarios de la región centro que viajarán a China el próximo 8 de abril, para concretar el mercado de futuro de soja sudamericano, en conjunto con la Bolsa de Mercaderías y Valores de San Pablo.
En una disputa codo a codo con el Mercado de Chicago, que anunció que en el segundo semestre del año comenzará a operar un contrato de la oleaginosa con entrega sobre puertos de Brasil, las autoridades del Mercado a Término de Rosario decidieron acelerar los contactos con China para lanzar este nuevo desafío.
En este sentido, Jorge Weskamp, vicepresidente del Rofex, dijo a Infocampo que “esperamos volver con un memorándum de entendimiento firmado, que habilitará un intercambio activo de correspondencia, de funcionarios y transferencia de tecnología”. Los contactos más aceitados son los que se realizaron con el mercado de futuros de Dailan, el principal puerto importador de soja de China, que negocia volúmenes similares a los que opera Chicago en soja y maíz.
El contrato de soja sudamericana es un futuro que están elaborando el Rofex y la Bolsa de San Pablo, con el objetivo de fijar precios de referencia acordes a la realidad que viven los países sudamericanos -hoy los mayores exportadores de soja-, como la situación climática, los fletes o la evolución de los cultivos y dejar de tener como guía lo que ocurre en Chicago.
“Nosotros como exportadores y los chinos como importadores sufrimos las consecuencias de no tener en Chicago el mejor reflejo de la situación de la cosecha”, explicó Weskamp.
